Si hiciéramos un análisis de sangre a un "cochino de recebo" comprobaríamos que, quizá, su salud no presenta una óptima perspectiva.
Igual sucede con los humanos. Con una alimentación y
ejercicio de "recebo" entregamos la salud al designio de la fortuna.
No estaría de
más vigilar nuestra relación con la deglución cuidando las ingestas que, aun
sabrosas, nos pueden intoxicar.
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