"Podemos comprender las soledades del otro para hacer fecunda la propia"
Cuando llegues, Amor, tendrás que recibirme como soy, no como te imaginas. Tomarás mi libertad y me darás la tuya. Tomarás mi compromiso y me darás el tuyo. Empezaremos juntos a nacer; pero no será posible desentenderse de los pesados lazos del recuerdo. Yo sé que tus facciones inauguraron el mundo; procuraré que no se interponga entre tú y tus facciones anteriores, la fresca y dúctil piel sobre la que dormí, las caricias a que me acostumbre, tu extremado cuerpo que asaltó mi soledad un día, el deseo que jamás se agotaba y se agotó.
Tú que espoleas el tiempo, tendrás que darte prisa. Ten cuidado con él, porque cuando no estás, amor, transcurre en vano. Y se hará tade, amor, ya se hace tarde...
¿Y cómo, entonces, a la noche, podría ser examinado en tí?
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