Conocer-se es una gran aventura
Entiendo que las
creencias externas que guían nuestra voluntad condicionan significadamente
nuestro procesar la acción.
Así, el accionar,
se convierte en una mera herramienta sin más profundidad que obedecer el
impulso de la creencia.
Y como tales, las
creencias (tanto externas como internas) caminan por los senderos de la simple
y frágil interpretación humana que desde su genética y patología las crea y
condiciona.
Sugiero, entonces,
convertir a la acción como el sujeto de la oración convirtiendo, a lo sumo, a
la creencia en un simple complemento circunstancial.
Sin duda, eres lo
que haces, y no lo que crees. Tu desarrollo de la personalidad se colorea por
aquella acción que te determina, no por las creencias limitantes que otros te han
puesto.
Para los
"simples" las creencias son "señales de tráfico" que les guían
y dirigen en la constelación de la ignorancia. En cambio, los iniciados, las
consideran como un "corsé" limitante en el análisis y desarrollo de la razón.
La ciencia crece
con la acción, las creencias con la comodidad de la ignorancia.
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