Al
igual que los niños........
Los humanos de la tercera edad están
dominados por el "YO".
Si durante
la etapa formativa, nuestra especie, no asume que hemos de actuar sobre el
"vosotros" llega el momento donde la vejez egoísta manda sobre
nosotros.
Ataviados
con ese vestuario social, los personajes, son rechazados por casi todos como si fueran apestados.
Para paliar con esa característica social,
además del cariño y la comprensión del otro, debemos prepararnos en etapas
tempranas, ya que vivir sobre la "tolerancia ajena" es también un acto de egoísmo.
Ser
"veterano" es una exquisitez sutil que no debe agobiar al otro. Es
una aroma final que puede "embrujar" a la compañía si se muestra como
debe ser; libre y desinteresada.
Sin duda
tiene unas limitaciones que deben superarse con talento y dignidad para así
poder mostrar el néctar de la sabiduría que otorga el tiempo.
El entorno
no debe ser la "asistencia social" que cubra las carencias. Estas
deben estar atendidas discretamente por la sociedad en base a nuestra
contribución en épocas productivas.
Pero para
liberarse del "YO" hemos de desearlo, reconocerlo y practicarlo. Es
triste observar a un adulto atrincherado en esa postura del "Para mi"
que tanto nos habla de su lejanía con la evolución, que tanto nos nuestra su
distanciamiento con la Emancipación.
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