La
respuesta amable calma la ira; la respuesta grosera aumenta en enojo. La lengua
sabia adorna el conocimiento; la boca de los necios profiere tonterías. Una
respuesta AMABLE tiene el poder de la Emancipación calmando la ira del prójimo.
Todos hemos
sido tentados, a través del enfado, para que reaccionemos de una forma
agresiva. El impulso de la EMANCIPACION debe conducirnos hacia la respuesta
amable o como mínimo al silencio.
Si una
persona no tiene una identidad clara de quien es ni cuál es su propósito en la
vida, será presa fácil de cualquier estimulo ofensivo y de la ira.
Cuando
fortalecemos nuestra identidad a través de la Emancipación aumenta la
autoestima y la estabilidad emocional.
La vida así
es más rica en conceptos y distinciones que nos enriquecen en la comprensión
social.
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