"No son siempre los deseos lo que
determina el destino"
El pensamiento y la acción del humano puede y debe
guiarse en dar un verdadero sentido a su vida que
llene de fruto a los demás.
Tal acción no debe limitarse a una declaración
de intenciones sino que tambien debe presentar
el fruto de una misión comprometida.
Una misión que quizá no sea un camino de
rosas ni sea siempre aplaudida, pero que
no se detendrá en su deseo de hacer de
esta sociedad un lugar más humano
y más solidario.
Podemos escuchar las necesidades de las
personas in situ para lo que debemos acercarnos
al prójimo y no teorizar. Abandonando la
opulencia del confort eliminaremos la
vanidad de los oropeles comunicándonos
con el verdadero guión de la excelencia.
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