"Confía, en el Plan que tiene
tu alma aunque no la entiendas,
y ten la certeza de que todo sandrá
bien"
Muchos de nosotros nos acordamos de los
veranos de nuestra infancia pues allí
se gestó la dimensión de nuestra
ilusión.
Baños con pelota, pies de pato, meriendas
caprichosas con los amigos, navegar en "pedaló",
descubrimiento consciente del otro, etcétera, etcétera,
etcétera.
Más la configuración de nuestra "estrategia
de carácter" también tiene sus inviernsos.
Diría que, en ellos, se ha configurado nuestro
YO más profundo, más determinante.
Con la luz tenue engendramos el inconsciente
que guiará toda nuestra actividad
humana y que mayormente ignoramos.
La infancia en los "inviernos de nuestra existencia"
puede ser triste, reprimida y poco creativa.
En este entorno conocemos la obligación,
la disciplina, la obediencia, el "querer y no tener",
tardes de lluvia, días sin tele y quizá
compartir sin querer.
Puede ser tan cruel, este período, que hacemos
lo posible para olvidarlo aparcándolo
en el inconsciente para que no
ensucie nuestra maquillada realidad.
¡¡¡ Más forma parte de tí !!! ha esculpido tu
esencia, guía tú alma.
Libera "los inviernos de tú infancia"
pasándolos a tú consciente y desde ahí
podrás darles caricias de amor.
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