Libérate de esas "bolsas de comodidad" que acompañan tu existencia y tanto la envilecen, pues en eso que llamamos mundo estaremos poco.
Si, si aunque crean que no, tú naciste para SER y no para ESTAR.
Hubieras sido una ciudadana del mundo, una madre Universal que ama a todos como hijos propios. Más la "terrenalidad" te lo ha privado. La inseguridad te ha transformado.
Has abandonado el universo para proyectar tu instinto de pertenencia en un pequeño territorio. Necesitabas la seguridad de las raíces más que la voluntad de Ser y desarrollartodo tu potencial.
Además, ahora con tu primogénito, podrás satisfacer los designios de la naturaleza que, por su propia definición, son vitalmente básicos.
Y eso nos pasa a todos los que nos hemos comprometido con la reproducción cuando pudimos ser universales.
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