"La racionalidad nos facilita la felicidad"
Aunque
perdura el calor, en el ambiente, ya se percibe el final del verano.
La
luz va reduciendo su intensidad y presencia, dando protagonismo a los tonos
ocres del otoño.
Las
personas se van adaptando progresivamente al nuevo decorado y sus almas
empalidecen o reviven según sea su ciclo vital.
Empieza, ahora, un buen ciclo
para fomentar la "existencia" e interiorizarla, aunque la mayoría,
busca y se complace con los pasatiempos banales de la sociedad estéril.
El
final del verano puede ser un buen tiempo para hacer balance de nuestro
posicionamiento ante el otro. De nuestra aceptación a la pluralidad.
0 comentarios:
Publicar un comentario