"No hay que rebajar la dignidad para ser aceptada"
El
hombre se mueve por instinto y la dama por interés. Posiblemente entre ambos se
satisfacen, aunque existen grandes áreas de mejora.
El
comportamiento social de un varón castrado se diferencia enormemente al de uno
reproductor por lo que su posicionamiento, en sociedad, es distinto y atiende,
por tanto, a estímulos diferenciados. Así podemos afirmar que la virilidad
resulta generadora de comportamiento.
La
dama, mayormente, es más materialista, más práctica, más calculadora. Si bien
sus ciclos la determinan, a lo largo del tiempo, su acción está impulsada por
la necesidad de conseguir cosas concretas, que su vanidad determina.
No me atrevo con la afirmación de
que, hombre y dama se complementan, más si que recíprocamente son "sujetos
elípticos" de su existencia.
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