"Triste
es pedir pero peor es robar".
Bajo este lema son muchos los viajeros del metro que
vigilan sus pertenencias en evitación de un descuido.
Son diversos los niveles o grados de socialización que
configuran el "modelo mental" que nos acompañara por nuestros
escenarios sociales.
Los hay "con escuela" o "callejeros"
pero todos nosotros tenemos uno.
Se hace interesante conocer el nuestro y analizar si
"nuestra programación social" es la adecuada a los tiempos.
Es muy frecuente no contar con "el otro" para
relacionarnos y lo hacemos simplemente si coinciden nuestros intereses o
modelos de decodificación de la realidad. Una pena que así sea aunque es lo más
habitual.
Aunque hoy la sociedad vive más con la norma que con la
voluntad del que más grita. Quedan
demasiados ciudadanos que no han bajado del árbol; si bien los amigos de la
norma saben que esta, aunque imperfecta, garantiza el avance social y nos
libera de las voluntades contaminadas por el YO.
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