Fue
en un soleado y frío día de invierno cuando buceando por los clásicos tropecé de nuevo con Platón. Hacia demasiado
tiempo que no paraba la atención en sus enseñanzas y tal sacrilegio me había
llevado hacia un cierto embrutecimiento.
Releerlo fue como una brisa en Agosto y especialmente
"el mito de la caverna".
Sin duda, la mayoría de los humanos, estamos atados a las
cadenas del enorme egoísmo del YO que, bajo el espejismo de la supervivencia,
gobierna nuestra voluntad y oscurece todo potencial de crecimiento.
Sin duda vivimos, en el mejor de los casos, interpretando
"sombras" que la luz del poder nos muestra para estimular la
productividad.
Si, si actuamos como utillaje de fábrica con la única
misión de producir y procrear, obviando la luz de la Emancipación que nos puede
liberar de la caverna.
Buen mensaje, pues nos dejó los ecos de Platón ya que
este permanecería ignorado a no ser por los anónimos flujos de cultura que
"otros" nos han transportado"
Busca pues la luz que libera y abandona los engañosos
mecanismos del YO que simplemente buscan encadenarte en la caverna
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