No olvidemos que la Emancipación nos ha puesto en el camino de la vida, para ser canales de ayuda a quienes nos rodean.
Cuando la vanidad toca nuestro corazón, comenzamos a mirar a los demás por debajo de nosotros y el que sube mucho pronto se puede caer.
Es mejor estar al lado, porque cuando tropezamos quién cerca nos tenderá la mano.
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