las pobres están perdidas.
Si la palabra está sola, al aire libre,
se levanta en su significado, dice algo,
lo sostiene.
Pero cuando entre en el diccionario, la muchedumbre de significados
la esfixia.
Mario Benedetti.
EL YO SOLO NO EXISTE. SIN LOS DEMÁS NO ERES NADIE.
Todos los seres humanos desean ser queridos. Pero ¿Cuántos aman realmente? El verdadero amor actúa como un alquimista: convierte la ambición en altruismo y transforma el sufrimiento en Felicidad.“Cuando el sabio señala la Luna el necio mira el dedo” .
Que hemos venido a este mundo a aprender a amar es una verdad ancestral. Se descubrió antes de que empezara la historia de filosofía. Zoroastro, Mahavira, Lao Tese, Buda, Confucio, Sócrates, Jesucristo. Todos esto grandes sabios de la humanidad, cuyas enseñanzas dieron origen a las instituciones religiosas que conocemos hoy en día, dijeron esencialmente lo mismo:“Amar a los demás es el camino que lleva a los seres humanos a la felicidad”.Aunque muchos otros han seguido predicando con su ejemplo sobre el poder transformador del amor, pasan los años las décadas y lo siglos , y la gran mayoría de los seres humanos seguimos sin saber amar. Aprender esos no entra en los planes de nuestro proceso de condicionamiento familiar, social, cultural, religioso, laboral político y económico. Como estudiantes nos hacen memorizar lo inimaginable. Luego nos preparan para ser profesionales productivos. Pero se olvidan de lo más básico. Así es como entramos en el mundo: sin saber gestionar nuestra vida emocional.Y si bien el éxito no es la base de la felicidad, ésta sí es la base de cualquier éxito. Por el contrario desde pequeños no hacen creer que el mundo esta lleno de gente malvada. Que no hay que confiar en los desconocidos. Que lo importante es ocuparse de uno mismo e ir tirando. Así, el miedo, la frustración y el resentimiento van pasándose de generación en generación, creando una cultura basada en la desconfianza, la resignación y la insatisfacción.
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