Una mujer congelada y sin alimento tiende a unos incesantes ensueños del tipo "y si...." Sin embargo, aunque se encuentre en este estado de congelación, especialmente si se encuentra en semejante estado, la mujer tiene que rechazar la fantasía del consuelo. La fantasia del consuelo nos matará con toda seguridad. Ya sabemos lo letales que pueden ser las fantasias "algún día" , "Si tuviera por lo menos", "Él cambiará", "Si aprendo a dominarme, cuando esté bien preparada, cuando tenga suficiento esto o aquello, cuando los niños sean mayores, cuando tenga más seguridad, cuando encuentre a alguien, en cuanto...." La niña de las cerillas tiene una abuela interior que, en lugar de ladrarle.... le dice: "Despierta", ¡Levántate! ¡Por mucho que te cueste, busca calor!, se la lleva a una vida de fantasia, se la lleva al "cielo". Pero el cielo no ayudará a la Mujer Salvaje, a la niña salvaje atrapada ni a la vendedora de fósforos que se encuentra en esta situación. Estas fantasias consoladoras no se tienen que fomentar, pues son unas seductoras y letales distracciones que nos apartan de nuestra verdadera tarea. Vemos, en el cuento, que la niña de las cerillas intenta hacer una especie de trueque, una especie de trato comercial erróneo, puede vender las cerillas que son lo único que le podría dar calor. Cuando las mujeres están desconectadas del nutritivo amor de la madre salvaje, se encuentran en una situación equivalente a una dieta de mera subsistencia en el mundo exterior. El ego trata de vivir como puede con una mínima cantidad de alimento del exterior y cada noche regresa una y otra vez del lugar donde empezó y allí se queda dormido, muerto de cansancio. La mujer no puede despertar a una vida con futuro porque su desdichada existencia es como un gancho del que ella cuelga diariamente. En las iniciaciones, la permanencia durante un período significativo de tiempo en condiciones difíciles forma parte de un desmembramiento que aisla a la persona de la comodidad y la complacencia. Como en los ritos de paso, el período terminará y la mujer "lijada" iniciará una vida espiritual y creativa, renovada y más sabia. Sin embargo, se puede decir que las mujeres que se encuentran en la situación de la venedora de fósforos están pasando por un período de iniciación que se ha torcido. Las condiciones hostiles no sirven para profundizar sino tan sólo para diezmar.
Pinkola
1 comentarios:
Habría que cambiar el "y si" o "cuando ésto o lo otro ocurra" por la certeza de vivir los sueños. Como preámbulo la ilusión está bien, pero hay que pasar a la acción...
Un abrazo Paco
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