TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.
Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.
¡¡¡Ven te esperamos!!!

¿SON LOS SUEÑOS LOS CONSTRUCTORES DE LA REALIDAD?
Publicado por Paco Bailac lunes, noviembre 14, 2011 2 comentarios
Etiquetas: Pinkola
¿CONOCEMOS NUESTRO INTERIOR O SÓLO NOS MIRAMOS AL ESPEJO?

JENNY MOIX
Un hecho fortuito, una decisión no premeditada o una simple casualidad pueden cambiar nuestras vidas. Orgullosos, creemos que lo controlamos todo, pero... ¿realmente lo hacemos con lo que pensamos o decidimos?
Historia uno: "Apresurada, bajaba las escaleras hacia el andén. Una niña subía por ellas; tuvo que desviarse levemente para no tropezar con ella. Por un segundo no llegó a tiempo. Tuvo que esperar el siguiente metro. Cuando llegó a casa, se encontró a su pareja atendiendo sus quehaceres habituales". Historia dos: "Apresurada, bajaba las escaleras hacia el andén; llegó justo antes de que se cerraran las puertas. Subió al metro y al llegar a casa, antes de lo habitual, pilló a su pareja con otra mujer". Quien haya visto la película Dos vidas en un instante reconocerá que estas historias se basan en ella. El resto del filme es el transcurrir de las dos vidas que hubiera tenido la misma persona cogiendo o no ese metro. Existencias totalmente opuestas. Desencadenadas por la niña que subía por la escalera. ¿Increíble? No. Nuestra vida es así.
No hay mal que por bien no venga
"Muchos estudios demuestran lo patéticas que pueden resultar las justificaciones que damos a nuestros comportamientos""Si analizamos nuestro devenir, nos damos cuenta de que parecemos mecidos por el viento"
Los caprichos del universo
" Todas las cosas están unidas entre sí, de tal modo que no puedes agitar una flor sin trastornar una estrella"
(Francis Thompson)
Si damos marcha atrás mentalmente y analizamos nuestro devenir, nos damos cuenta de que, en cierto modo, parecemos mecidos por el viento. Pensemos en por qué vivimos en nuestra casa o por qué trabajamos donde lo hacemos. Podemos encontrar respuestas del estilo: "Decidimos vivir en esta casa porque un día fuimos a una obra de teatro y al pasar por esa calle, la vimos en venta y nos encantó. Y decidimos ir a esa actuación porque por casualidad esa semana nos encontramos a Pepito y nos la recomendó. Hacía años que no veíamos a Pepito".
Cualquier acción por nimia que sea puede acarrear consecuencias insospechadas. Estamos aquí porque nuestros padres el día de nuestra concepción se dedicaron a sus afanes amorosos; si ese día hubieran ido al cine... Somos hijos del azar. O, dicho de otra forma, el destino lo tejen variaciones infinitesimales de factores que a veces ni conocemos.
En ocasiones, sobre todo cuando sucede alguna desgracia, a nuestra mente le puede dar por torturarnos: "¿Y si no lo hubiera llamado? Entonces no habría ido a... y no hubiera tenido el accidente".
Una de las asignaturas que imparto en la universidad se llama educación para la salud. Les explico a mis alumnos cómo deben motivar y enseñar a las personas a comportarse de una forma saludable: alimentación sana, ejercicio físico, reducción del estrés... Mejorar la salud es un objetivo bienintencionado, pero la intención no es lo único que cuenta. Si los profesionales nos pasamos la vida mandando mensajes del tipo: "No bebas", "Come más verduras", "Haz más deporte"..., ¿qué puede pasar cuando alguien enferma? ¡Que se sienta culpable! Enfermo y encima cargando con el peso de que quizá no ha comido suficientes lechugas. La salud y la enfermedad no dependen únicamente de nuestra conducta; también hay factores ambientales y genéticos. Tenemos que cuidarnos, claro está, pero no caigamos en la trampa de tener como certeza que la salud depende completamente de nosotros. Nada depende enteramente de nosotros. Tenemos que ser proactivos, cuidar nuestra salud y perseguir nuestros anhelos, pero teniendo en cuenta que en el universo puede haber una mariposa volando que interfiera en nuestros planes.
¿Control o ilusión?
"La mente es un profundo océano, pero nosotros solo logramos ser conscientes de la leve espuma de la superficie" (Henry Laborit)
Al orgullo que caracteriza nuestra especie siempre le queda pensar que aunque no puede controlar del todo lo de fuera, sí controla "lo de dentro". ¿Realmente controlamos lo que pensamos, lo que decidimos? Uno de los experimentos más conocidos al respecto fue realizado por Libet en la década de los ochenta. Antes de flexionar un dedo, en el cerebro se produce una determinada actividad eléctrica denominada "potencial de disposición" 550 milisegundos antes de que se lleve a cabo el movimiento.
Los sujetos del experimento estaban colocados ante un cronómetro que debían ir mirando e indicar en qué momento decidían mover el dedo. Esto es, tenían que señalar en qué posición se hallaba la aguja del cronómetro al tomar la decisión. El sorprendente resultado fue que la decisión se tomó 350 milisegundos después del potencial de disposición. Resumiendo: nuestro cerebro se dispone a mover el dedo, luego nos da la sensación de que lo decidimos conscientemente y finalmente lo movemos.
Cuando pensamos que estamos tomando una decisión, en realidad no hacemos más que contemplar una especie de vídeo interno retardado (concretamente, 300 milisegundos) de la auténtica decisión que tuvo lugar inconscientemente en nuestro cerebro. No es que las decisiones las tome nuestro vecino; las tomamos nosotros, pero no nuestra parte consciente, sino la inconsciente. Parece que nuestro yo consciente sea un puro observador. La conclusión de este estudio puede resultar difícil de encajar a nuestra parte prepotente.
Nuestra reacción ante este tipo de evidencias la retrató a la perfección Sigmund Freud: "En el transcurso del tiempo, la humanidad tuvo que soportar tres grandes atentados de manos de la ciencia contra su ingenuo amor propio: el descubrimiento de que nuestro mundo no es el centro de las esferas celestes, sino un punto en un vasto universo; el descubrimiento de que no se nos creó de forma especial, sino que descendemos de los animales, y el descubrimiento de que a menudo nuestra mente consciente no controla nuestra forma de actuar, sino que simplemente nos cuenta un cuento sobre nuestras acciones".
Justificaciones inventadas
"Primero hacemos las cosas
y después las justificamos"
(Juan José Millás)
Nos cuesta mucho digerir que nuestro cerebro decide por nosotros, pensamos que decidimos conscientemente. Cuando preguntamos a alguien el porqué de su comportamiento, pocas veces nos dirá que no lo sabe muy bien, en bastantes ocasiones nos dará una explicación y normalmente muy lógica. Muchos estudios demuestran lo patéticas que pueden resultar estas justificaciones.
Uno de ellos es el realizado por Peter Johansson y Lars Hall en el año 2005. Los investigadores mostraron a los participantes parejas de fotografías para que eligieran aquella cara que les pareciera más atractiva. Cada sujeto debía escoger y justificar su elección. Lo que no sabía es que, mediante un sencillo juego de manos, el experimentador había cambiado su primera opción por la contraria. Esto es, entregaba al sujeto la cara que precisamente no había elegido. Así que el participante acaba justificando la elección que nunca había hecho. El 70% de los participantes no se percataron del engaño e inventaban los motivos. Uno podía decir, por ejemplo, que elegía una cara porque le gustaban las mujeres con gafas y haber elegido la foto de una mujer sin gafas. En nuestras vidas, ¿cuántas justificaciones nos debemos sacar del bolsillo?
Parece que no controlamos mucho ni lo de fuera ni lo de dentro. Y, sin embargo, vivimos como si todo dependiera exclusivamente de nosotros. Así, tenemos tendencia a sentirnos culpables por infortunios moldeados por corrientes invisibles, a desilusionarnos cuando no se cumplen nuestras detalladas expectativas, a rompernos la cabeza indagando porqués cuando se esconden en los designios inescrutables de nuestros pensamientos subterráneos... Si fuéramos más humildes respecto a nuestra capacidad de control, sufriríamos menos.
Ya lo dijo Oscar Wilde en el Retrato de Dorian Gray: "La vida no la gobiernan ni la voluntad ni la intención. La vida es una cuestión de nervios, de fibras y de células lentamente elaboradas en las que se esconde el pensamiento y donde la pasión tiene sus sueños. Quizá te imagines que estás a salvo y te crees fuerte. Pero un matiz causal de color en una habitación o en el cielo de la mañana, o un perfume particular que una vez te gustó y que te trae sutiles recuerdo, un verso de un poema olvidado con el que de nuevo tropiezas, una candencia de una obra musical que hayas dejado de tocar... Te digo, Dorian, que es de cosas como esas de las que dependen nuestras vidas".
No hay mal que por bien no venga
Un día, el emperador Akbar y su gran visir Birbal salieron camino de la selva. Iban a la caza del tigre de Bengala. El emperador marchaba delante, pero -¡qué mala suerte!- se disparó el fusil y se hirió en un dedo. El visir Birbal le entablilló el dedo. Mientras lo hacía, le animaba con una serie de reflexiones muy sencillas:
-Majestad, nunca sabemos qué es lo bueno y qué es lo malo. Qué sabemos de lo que puede sucederle gracias a la herida. El emperador montó en cólera; no podía aguantar filosofía barata y arrojó a un pozo a su gran visir y siguió su camino por la selva. Pero le salió al encuentro un grupo de guerreros salvajes que buscaban una víctima digna para ofrecer a sus dioses. Cuando todo estaba preparado para el sacrificio humano, el hechicero se acercó al emperador y en cuanto se dio cuenta de la mano herida lo rechazó; no se podía ofrecer a los dioses una víctima que no fuera perfecta. Así fue como el emperador quedó libre de nuevo.
Mientras que Akbar caminaba por el sendero, comprendió la sabiduría de aquellas palabras de su visir: lo que al principio parecía malo, había sido muy bueno para él. Lloró de rabia y se inclinó de rodillas delante del pozo donde había arrojado a su fiel amigo. Pero Birbal no había muerto. Le sacó lleno de alegría y se arrojó a sus pies pidiéndole perdón. El visir le contestó: "Majestad, no tiene por qué pedirme perdón; le debo la vida. Si no me hubiera arrojado al pozo, nos habrían capturado a los dos; su majestad se habría librado, pero yo sería ahora la víctima del sacrificio".
Publicado por Paco Bailac domingo, noviembre 13, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal/Solidario
EL HOMBRE PUENTE ESENCIAL en tú vida....
La LLorona
Esta figura posee a menudo unas prodigiosas cualidades que lo inducen a entrar en acción como portador y puente. Es algo así como un mercader del alma. Importa y exporta conocimientos y productos. Elige lo mejor de lo que se le ofrece, concierta el mejor precio, supervisa la honradez de las transacciones, sigue con tesón todo el procedimiento y la lleva a feliz término. Otra manera de interpretarlo podría consistir en imaginar que la Mujer Salvaje, el Yo del Alma, es la artista y el animus es el brazo de la artista. La Mujer Salvaje es el chófer y el animus es el que empuja el vehículo. Ella escribe la canción y él la orquesta. Ella imagina y él da consejos. Sin él, la mujer crea la comedia en su imaginación, pero nunca la escribe y la obra jamás se representa. Sin él, auque el escenario esté lleno a rebosar de actores, el telón jamás se levanta y la marquesina del teatro no se ilumina. Por consiguiente el animus recorre el camino entre dos territorios y, a veces, tres; el mundo subterraneo, el mundo interior y el mundo exterior. El animus que conoce bien todos los mundos, envuelve y transporta todos los sentimientos y las ideas de una mujer por todos esos trechos y en todas direcciones. Le trae a la mujer ideas de "allí afuera" y traslada las ideas del YO del alma de la mujer "al mercado" del otro lado del puente para sacarle provecho. Sin el constructor y el conservador de este puente terrestre, la vida interior de la mujer no puede manifestarse con fuerza en el mundo exterior.
Publicado por Paco Bailac viernes, noviembre 11, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Pinkola
La Llorona/El hombre del río.

Antes de poder comprender lo que ha hecho el hombre del cuento de La Llorona contaminando el río, tenemos que saber que lo él representa está destinado a ser un conjunto de ideas positivas en la psique de una mujer. Según la clásica definición junguiana, el animus, del género masculino, es la fuerza del alma de las mujeres. Sin embargo, la observación personal ha introducido a muchas psicoanalistas que refutan esa visión clásica y afirman que la fuerza revivificadora de las mujeres no es masculina ni ajena a ella sino femenina y familiar. Pese a ello, creo que el concepto masculino de animus tiene una gran relevancia. Existe una enorme correlación entre las mujeres que no se atreven a crear -que temen manifestar sus ideas ante el mundo o bien lo hacen de una manera irrespetuosa o sin orden ni concierto- y sus sueños, los cuales pueden contener muchas imágenes de hombres heridos o que causan heridas. En cambio, los sueños de las mujeres dotadas de una fuerte capacidad de manifestación exterior suelen girar en torno a una vigorosa figura masculina que aparece depetidamente con distintos disfraces. El animus se puede considerar más bien una fuerza que ayuda a las mujeres a afirmarse en el mundo exterior. El animus ayuda a la mujer a exponer sus pensamientos y sentimientos interiores específicamente femenino de una manera concreta -emocional, sexual, económica y creativa y también de otras maneras- en lugar de hacerlo según un esquema calcado de un desarrollo masculino estándar culturalmente impuesto en una cultura determinada.
Publicado por Paco Bailac miércoles, noviembre 09, 2011 3 comentarios
Etiquetas: Pinkola
¿TU PROPIA ENERGÍA TE CONDUCIRÁ AL DESTINO?

FRANCESC MIRALLES
¿Qué podemos hacer para que nuestra vida sea más amable y confortable? Aunque no lo creamos, nuestro destino no depende del azar. Ser felices está realmente en nuestras manos.
En Maldito karma, una de las sensaciones literarias del anterior curso, David Safier cuenta la historia de una presentadora de televisión que, tras morir aplastada por un lavabo de una estación espacial rusa, se entera en el más allá que ha acumulado mal karma. Puesto que ha engañado a su marido, ha desatendido a su hija y ha hecho la vida imposible a los que la rodeaban en su fulgurante carrera, se acaba reencarnando en una hormiga. Para volver a ser humana tendrá que ganar buen karma. Esta fábula moderna en clave de humor se inspira en la tradición hindú: cada persona recoge lo que ha sembrado.
"En una sociedad cada vez más conectada, los destinos individuales influyen en el bienestar o malestar general"
El hinduismo y el budismo nos enseñan que teñimos la realidad de nosotros mismos: si miramos la realidad con odio, ese odio volverá a nosotros, mientras que si lo hacemos con amor, será ese mismo amor el que encontraremos en el camino.
El karma es una ley cósmica de retribución, o de causa y efecto. No solo acumulamos buen o mal karma con nuestros actos, sino también con nuestras palabras y pensamientos. Quien utiliza el lenguaje para maldecir o difamar a otros, recibirá ese mismo trato por parte de los demás. Los pensamientos negativos son asimismo un bumerán: si desconfiamos de todo el mundo, atraeremos desconfianza hacia nosotros; si envidiamos y deseamos el mal de terceros, no seremos merecedores del amor ajeno.
La ley de la retribución
"Todos procedemos de la misma fuente. Si odias a alguien, te estás odiando a ti mismo" (Elvis Presley)
Una prueba muy sencilla y evidente de esta clase de karma la encontramos en la esfera de la amistad. Las personas alegres, generosas y bienintencionadas están rodeadas de amigos, mientras que las retorcidas y rencorosas se enzarzan en conflictos y la gente las rehúye.
Estas últimas no se dan cuenta de que son responsables de lo que les sucede. Las personas de karma negativo atribuyen lo que les ocurre a la mala suerte o a la vileza humana. Pocas se dan cuenta de que lo que viven es consecuencia de su modo de proceder y que son tratadas del mismo modo que tratan.
Buen karma
"Estar enojado es como tener en la mano un carbón candente con la intención de aventárselo a alguien. Quien se quema eres tú" (Buda)
El Dalai Lama, el divulgador más global del budismo, tiene una visión muy práctica de cómo podemos obtener buen karma en la vida cotidiana. Estos son algunos de sus consejos:
1. Cuando pierda, no desaproveche la lección que puede aprender.
2. Recuerde que no obtener lo que se quiere es un maravilloso golpe de suerte.
3. No deje nunca que una discusión hiera una buena relación.
4. Si se da cuenta de que ha cometido un error, tome medidas para corregirlo.
5. Recuerde que el silencio es a veces la mejor respuesta.
Las leyes para el buen karma las podemos resumir de la siguiente manera: si somos conscientes de las consecuencias de nuestros actos, nos conduciremos mejor, ganaremos apoyos y evitaremos fricciones que nos hacen perder una energía preciosa.
Los sacos de grano
"¡Qué maravilloso es que nadie tenga que esperar ninguna señal para empezar a hacer el bien!" (Anna Frank)
En su libro titulado justamente Buen karma, Josep López cuenta una historia que ejemplifica los beneficios kármicos de actuar altruistamente: dos hermanos heredaron la granja de su padre y decidieron seguir trabajando en ella y repartirse al cincuenta por ciento la producción. Durante un tiempo, el grano resultante de la cosecha se guardaba en sacos y se repartía en dos montones iguales.
Con el tiempo, el mayor de los hermanos se casó y tuvo hijos, mientras que el pequeño permaneció soltero. A menudo, el soltero pensaba en su hermano mayor y en el hecho de que, teniendo mujer e hijos, necesitaba más que él, es decir, más de la mitad de los productos que generaba la granja. Llevado por este pensamiento, se dedicaba en secreto a visitar de vez en cuando el granero y trasladar unos cuantos sacos desde su montón al de su hermano. Este, por su parte, también pensaba a menudo en su hermano pequeño y sentía que debía de estar muy solo, y que si ahorraba algo más de dinero tal vez le resultaría más fácil encontrar una mujer y crear su propia familia. De modo que, también en secreto, visitaba algunas noches el granero y movía unos cuantos sacos desde su montón al de su hermano.
Sin saber cómo, se dieron cuenta de que nunca les faltaba el grano, y ambos se sintieron generosos y afortunados. La moraleja es muy simple: cuando damos, ya estamos recibiendo. Esto nos sucede también cuando el grano no se ve, pero pesa de igual modo en nuestra despensa de felicidad.
Tropezar con la misma piedra
"Quien no aprende de su historia, está condenado a repetirla" (Napoleón Bonaparte)
La iluminadora comedia Atrapado en el tiempo -su título original era El día de la marmota- trata sobre un periodista gruñón condenado a revivir una y otra vez el mismo día. Enviado por su cadena de televisión a un pueblo de Pensilvania a cubrir El día de la marmota, una tradición local, durante el regreso se ve sorprendido por una tempestad que le obliga a regresar al lugar. A la mañana siguiente, el protagonista escucha asustado el mismo programa en el radiodespertador.
La jornada se repite un día tras otro de idéntica manera, con la única diferencia que el periodista sabe que todo lo que sucede ya lo ha vivido. Para salir del bucle tendrá que mejorar sus acciones hasta que el buen karma le permita regresar a una vida que se mueve hacia delante.
La película no deja de ser una parábola sobre el karma cotidiano. Hasta que no tomemos conciencia de lo que podríamos hacer mejor, estaremos condenados a tropezar con la misma piedra.
Un destino colectivo
"El karma instantáneo te atrapará. Irá a golpearte en la cara. Más te vale que te concentres. Únete a la raza humana" (John Lennon)
En una sociedad cada vez más interconectada, los destinos individuales influyen en el bienestar o malestar general, algo que hemos experimentado en esta larga debacle económica. La buena noticia es que está en nuestra mano limpiar el karma general a través de pequeños actos que, sumados, regeneren el sistema:
• Poner nuestro dinero en bancos que se guíen por criterios éticos.
• Ayudar a aquellas personas de nuestro entorno que han quedado atrapadas por la crisis y necesitan un impulso.
• Evitar los programas de radio y televisión basados en la confrontación y el regocijo ante el mal ajeno.
• Cambiar el discurso negativo que desanima por uno más proactivo.
• Dedicar más tiempo a buscar soluciones que a lamentarnos.
• En vez de llorar lo perdido, apreciar lo que nos queda.
• Ser amable con todos, incluso con los que no lo merecen, ya que todo el mundo libra una dura batalla.
Si tomamos las riendas de nuestro karma cotidiano, no solo viviremos de forma más responsable, consciente y feliz, también contribuiremos al bienestar de las personas que nos rodean, que a su vez nos ayudarán a salir adelante.
Un objetivo más amplio
"En momentos de crisis muy graves -atentados terroristas en masa o catástrofes naturales- vemos salir a una legión de voluntarios anónimos, personas que estaban en la zona; personas que siendo tan víctimas como los demás, mueven sus energías, dejando de lado la programación habitual de sus mentes para ayudar, para socorrer (incluso poniendo en riesgo su propia vida) a sus semejantes (...). Dejaron de lado su faceta más egoísta para centrarse en un objetivo más amplio, ayudar a los demás. Las grandes catástrofes nos ayudan a ver más allá de nuestras narices, poniéndonos a todos en una posición de igualdad en la que no hacemos caso a nuestras ridículas preocupaciones diarias". Bendito karma, de Salvador Badillo (Luciérnaga).
Publicado por Paco Bailac domingo, noviembre 06, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Coaching Personal/Solidario
¿CÓMO CUIDAS EL MODELO MENTAL DE TUS HIJOS?

Publicado por Paco Bailac viernes, noviembre 04, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Pinkola
Dejarte llevar por los instintos puede no ser bueno.
Publicado por Paco Bailac jueves, noviembre 03, 2011 1 comentarios
Etiquetas: Pinkola