"Yo quiero una cama limpia
para morir"
Aunque el determinismo genético dice que el humano
debe ser un "ente en movimiento" éste predicado lo
cumplimos escasamente.
Exigimos mucho de la sociedad para satisfacer nuestros
caprichos y en cambio damos lo mínimo para contribuir en
el progreso. Pocos de nosotros nos atrevemos a bucear
en lo desconocido sin preguntarnos ¿qué espera la vida de
mi?
Curiosamente, cada vez hay más mascotas en los domicilios
y en cambio las personas en exclusión o cercana a ella no
son atendidas con humanidad.
Vivimos inmersos en una "falencia social" que
aparenta bienestar cuando lo que hay es miseria escondida.
Para ello basta con echar un vistazo a los desgüaces sociales
como son los geriátricos donde, temblando y en silencio, se
consumen humanos sin la menor esperanza y en multitudinaria
atención.
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