"Nacemos gratis pero vivir cuesta"
Sabido es que el demonio no pide permiso y
actúa como le da la gana, siempre. Con tal acción
traspasa a la persona la responsabilidad de respuesta
ante la alternativa que él nos presenta.
Y si, como sabemos nadie aprende a nevegar en
un mar en calma. Para tentarnos y entrenarnos,
el diablo, tienta nuestra voluntad para fortalecerla
o devastarla. La pena que que muchos de nosotros
no nos damos cuenta.
El consumo, la ignorancia y especialmente el
ego y sus derivados son las herramientas que
usa para su tóxica intención.
Con tantos límites a la razón, podemos fomentar
una creatividad amorosa para que, sin
prisa, practiquemos la contemplación de
la belleza Y persistir en la búsqueda.
"Los ojos no hicieron la luz"
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