Llamados a ser libres
En algún momento debemos definirnos. No podemos estar en la andadura sin
querer conocer el camino ni adquirir más compromiso que el de satisfacer nuestra fingida existencia.
Debe llegar un momento en que debemos respondernos por ¿qué sentido tiene vivir? o somos
simplemente pasivos consumidores.
La muerte no es la última acción de nuestra lucha y hemos de contribuir,
con el ejemplo, en configurar al humano como un Ser no dependiente de su
egoísmo.
Son muchos y poderosos los líderes que se enriquecen y nos envilecen a
través de nuestro propio egoísmo. Ante ello, nuestra Emancipación, debe
consistir en adentrarnos en el bien común donde el lujo sea ayudar al prójimo.
Abandonar pues, éstos cordones umbilicales, que nos someten al consumo y la
codicia debe ser una exigencia que debemos abrazar para entrar en el jardín de
nuestra verdadera libertad, sin temer a la sensación de ridículo con la que la
maldad nos intoxica.
Solo se realiza plenamente y contribuye al bien común, quién tiene suficiente
personalidad para reflexionar sobre donde está su verdadera libertad y la de
los otros.
Estamos para servir no para ser servidos.
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