Es
entusiasmante escuchar música de órgano en el escenario de una iglesia.
Las notas resuenan majestuosas en los adentros del
espíritu, configurando una nueva y potente energía existencial.
Sin duda, la vida, es la manifestación de la energía
tanto física como metafísica. Cuando disminuye la versión de una llega la
explosión de la otra y entre ambas hacen crecer al individuo que las
transporta.
Si se rompe esta secuencia, física - metafísica -, el
sentido de existir pierde densidad pues se ciñe solo a lo material.
El órgano, con su ronquido celestial, nos avisa de esa
posibilidad y nos invita a conocerla. Tú en la libertad de opciones, eligen.
Que el destino potencie tu elección.
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