ADN
Si somos algo somos moléculas temporales de un adn social que no nos pertenece
si acaso le pertenecemos a él.
Quizá, mientras estamos en el
escenario de la llamada vida, nos consideramos protagonistas únicos, engalanados
por la vanidad.
No somos NADA pues la posesión
no existe. La cultura heredada de los judíos (capitalismo) nos embruja con el
espejismo de la pertenencia y así dejarnos sedados en el diálogo de angustía
que llevamos con el SER.
Simplemente podemos
considerarnos un leve impulso en la cadena de sentido que tal vez tenga la
existencia.
Formamos parte del caudal
social de adn que "el momento" presenta como parte de la evolución.
Ser consciente de ello debe
suponer la fulminante renuncia al YO, así como la firme intención de aportar al
caudal social de la pluralidad, elementos de dignidad que fortalezcan al cuerpo que llamamos
humano.
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