A
veces, cuando casi acabas el dormir, aun aturdidos por el sueño nos llega al
consciente el recuerdo de un bello sueño. Entonces, casi automáticamente, procuramos recuperar esa fantasía cerrando de
nuevo los ojos e intentando disfrutar más del espejismo.
Bello momento el vivido que se difumina en el tiempo sin
mayor rastro que el recuerdo de una sensación.
Así son muchas de nuestras vivencias. Sensaciones vividas
y no siempre entendidas. Damos, frecuentemente, importancia a nuestro primitivo
discurso genético olvidándonos de cultivar la razón como virtud humana. Y los
momentos pasan y se pierden sin disfrutar de todo aquello que nos ofrecen.
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