
Una rana se preguntaba 
cómo podía alejarse del clima frío del invierno.
Unos gansos le sugirieron que emigrara con ellos. 
Pero el problema era que la ranano sabía volar. -
Déjenmelo a mí, dijo la rana.
Tengo un cerebro espléndido.
Luego pidió a dos gansos que la ayudaran 
a recoger una caña fuerte, 
cada uno sosteniéndola por un extremo. 
La rana pensaba agarrarse a la caña por la boca.
A su debido tiempo, los gansos y la rana comenzaron su travesía.
Al poco rato pasaron por una pequeña ciudad, 
y los habitantes de allí salieron 
para ver el inusitado espectáculo.
Alguien preguntó: 
- ¿A quién se le ocurrió tan brillante idea?.
Esto hizo que la rana se sintiera tan orgullosa 
y con tal sentido de importancia, que exclamó: -
¡A MI!.
Su orgullo fue su ruina,
porque al momento en que abrió la boca,
se soltó de la caña, 
cayó al vacío, y murió.
Hay ocasiones en que la falta de humildad 
o el exceso de orgullo, 
pueden echar abajo los planes más excelentes. 
Dale gracias a la emancipación por tus éxitos, 
recuerda que TODO lo que tienes 
te lo ha dado la emancipación, 
quien nunca te olvida y siempre te espera.
Nunca te jactes de las cosas que tienes o sabes, 
pues otros saben de otras cosas
que tú ni siquiera imaginas.
Sé humilde y nunca te creas más que los demás. 
Que la Emancipación no se olvide de ti.


1 comentarios:
La humildad es una llave que abre muchas puertas, su falta puede llevarnos a la perdición.
Muy buena moraleja la del cuento.
Besitos amigo Paco
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