Rayas de tiza en la acera
y dos trenzas en el pelo,
el sol en medio del cielo
y tus pies en la rayuela
¡Juega niña, niña juega!
El vacío, como ausencia total de materia en
un espacio, nos sirve de espejo para reflejar
una triste presencia en el mundo del absurdo.
Nuestro corazón late vacio por la indiferencia
hacia los demás y desde el orgullo nos
preguntamos ¿qué hay detrás de la muerte.
¡¡¡ nada !!!
La muerte es la única certeza de nuestra
presencia terrenal y sólo la vanidad nos
eleva a los cielos, pues nadie desea vivir
mirando a la muerte.
Queremos entender y no creer y además
deseamos que la Emancipación nos mire con
bondad y getileza. Cuando la realidad
es que el humano solo piensa en satisfacer
su codicia.
Así, cuando la muerte acaricia las ropas,
aparece el miedo y creamos una imagen
salvadora de la Emancipación pues
intuimos, tememos, que detrás de la muerte
no hay nada y nos perdemos en
el olvido oxidado.
El vacío, como ausencia total de materia en
un espacio, nos sirve de espejo para reflejar
una triste presencia en el mundo del absurdo.
Nuestro corazón late vacio por la indiferencia
hacia los demás y desde el orgullo nos
preguntamos ¿qué hay detrás de la muerte.
¡¡¡ nada !!!
La muerte es la única certeza de nuestra
presencia terrenal y sólo la vanidad nos
eleva a los cielos, pues nadie desea vivir
mirando a la muerte.
Queremos entender y no creer y además
deseamos que la Emancipación nos mire con
bondad y getileza. Cuando la realidad
es que el humano solo piensa en satisfacer
su codicia.
Así, cuando la muerte acaricia las ropas,
aparece el miedo y creamos una imagen
salvadora de la Emancipación pues
intuimos, tememos, que detrás de la muerte
no hay nada y nos perdemos en
el olvido oxidado.
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