La lluvia que acribilla los silencios
es un telón sin tiempo y
sin colores.
Y a tal punto oscurece los espacios
que puede confundirse con
la noche.
No tengas miedo de perder a quién no se
siente afortunado de tenerte. Una respuesta
a la masificación humana es dotar de sentido
nuestras acciones y sus compañías.
Como sabes, nadie es dueño de la verdad, y ésta
se transmite abrazandola con pasión
sin olvidar la compasión; sin intereses
ocultos que la desvirtuen.
Verdad, belleza y amor se complementan
configurando un escenario de paz que dignifica
al humano elevándolo hacia la veradedera
manifestación del Ser.
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