TEXTOS PARA EL ALMA 576

Más allá de este lugar de ira y llantos acecha la oscuridad con su horror.
Quizá uno de los enigmas de la especie humana sea las constelaciones hormonales que nos condicionan y determinan de manera singular.

El conocimiento que "el Ser (no el tener) humano" posee de su propia existencia, de sus estados de ánimo y por ende de sus actos, es muy simple y no le permite distinguir entre el YO adquirido y el YO real o primigenio.

Así, fácilmente la relación intrahumana es una suma de acciones orientadas hacia el dominio del otro mediante la coacción, manipulación  y estimulación del miedo.

En los diálogos hormonales hay que tomar en especial consideración las constelaciones femeninas ya que en este escenario la biología se impone sobre disfraces o convenciones.

Sabido es que las hormonas vienen y van y los subsiguientes efectos físicos y del ánimo influyen en muchos factores tanto a nivel interno como en su relación con el entorno masculino y de relación entre féminas. Todas las mujeres experimentan subidas y bajadas de estrógenos, progesterona y testosterona, pero no afecta a todas por igual. Es más, una misma fémina, a lo largo de todos los ciclos de su vida fertil, puede tener meses muy tranquilos y meses complicados incluso llegando la menopausia se ofrecen al halago de un macho más joven para saciar su ocaso.

Entender esto es duro para muchos hombres que no reparan en la gran influencia que tal devenir hormonal tiene en su persona.

Todos estamos relacionados y condicionados por el universo hormonal femenino de una manera u otra. A esta confabulación hormonal femenina  pueden sumarse otros factores externos como "el estrés laboral, abatimiento personal, ansiedad, cansancio, irascibilidad, cambios de humor, etc.

Ante semejante despliegue de condicionantes podemos afirmar que estamos "presos de las hormonas" que directa o indirectamente determinan nuestra existencia.

¿Qué hacer con ello?

¡¡¡ Que te vaya bien!!!