La
aceptación de la existencia de la Emancipación supone el abandono de la
creencia que fuerzas celestiales que actúan por nosotros.
Nada es ajeno a nuestra voluntad y esta debe estar
orientada hacia la potencialización del talento.
Los caminos de la llamada verdad pueden fundamentarse en
la esperanza de fomentar un nuevo impulso a la energía que la
"gravedad" nos regala.
Desde la soledad del SER podemos agruparnos y arroparnos
con otros para formar un cuerpo social que de solidez a la estructuración del
talento.
Esta nueva estructura, encaminada hacia el
fortalecimiento del NOSOTROS, ignorará cualquier manifestación del YO que tanto
impide la libertad del talento.
Así aquellos desheredados del "sistema" serán
los primeros en emanciparse al no estar contaminados por "el modelo".
¿Vienes?
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