Cuando culpamos a los demás
por aquello que nos ha sucedido
y los responsabilizamos de nuestro
sufrimiento,
podemos caer en las garras
de un enemigo mucho más sutil
y peligroso: EL RENCOR.
Para evitar seguir haciéndonos daño,
es necesario aprender a perdonar,
un acto que refleja amor y humildad,
que pone fin a todo nuestro malestar.
Dado que no podemos cambiar
lo que nos ocurre en la vida,
si podemos modificar nuestra mirada
y nuestra actitud hacia los mismos
acontecimientos para reinterpretar
su significado de una forma más objetiva.
3 comentarios:
El rencor y la envidia envenenan el alma, atrofian los sentidos, empqueñecen el espíritu, te dejan varado en mitad del camino. "perdonar es un acto de amor".
Besitos amigo entrañable.
Gracias Paco, no sabes lo bien que me va leer esto, en este momento... a veces tendemos a culpabilizar a los demás por nuestros propios errores, si nos responsabilizamos más de nosotros mismos, todo puede ser tan diferente... hay que perdonar a los demás y sobre todo a uno mismo, seremos más libres... Un abrazo!
Hola Paco!
Creo que debemos hacernos cargo de nuestras acciones...
Aprender a perdonar....ese es el secreto de todo...
Un beso grande!
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