Premio versus Castigo
¡¡Tú nunca andarás sola!!
Dos poderes bastarían a los "directivos" inteligentes para controlar a sus equipos: el de castigarles y el de recompensarles.
¿A que me refiero con castigar y recompensar?
Por castigar por degradar y despedir; por recompensar, a conceder honores y riqueza.
Usádolos bien, los miembros del equipo, siempre estarán temerosos de los castigos y ansiosos de las recompensas.
Pero no son así las cosas hoy.
Hoy muchos altos directivos han perdido el control sobre los castigos y las recompensas: movidos por venganzas o favores personales, resulta que son los "segunda línea" quienes determinan el premio o castigo a concretar. Consecuentemente, los equipos, ya no respetan a los altos directivos. Centran sus miedos o esperanzas en las "segundas líneas de decisión" por lo que las organizaciones son "guiadas" por individualidades escasamente comprometidas con la globalidad.
Una de las estrategias para provocar miedo es "no ser previsible". La arbitrariedad asusta.
Consecuentemente, el poder, está estructurado y organizado para controlar a las masas sedándolas en la comodidad. Quizás éstas puedan romper sus cadenas caso de adquirir conciencia de tales herramientas y modificando su escala de valores.
Tal modificación debería contemplar, por ejemplo, a dar prioridad a un "plan de carrera" versus una gratificación económica.
Pero las personas nos movemos más por lo aparente que por lo real. Tal circunstancia condiciona cualquier estrategia inteligente. Quién desee ser estratega con su entorno deberá utilizar la astucia para mantener a los demás "en suspenso y asombrados".
Todo ello acompañado de determinadas "virtudes" que refuercen nuestra credibilidad y reputación.
O bien aceptamos ser "los corderos obedientes" o nos manejamos en la estrategia dado que el "poder " busca nuestras voluntades para conseguir sus objetivos.
¿Quién es el dueño del poder?
¿Cuántos poderes hay?
¡Tú que respondes!
¿o prefieres una cerveza?
¡¡o un bombóm!
¡¡Tú nunca andarás sola!!
Dos poderes bastarían a los "directivos" inteligentes para controlar a sus equipos: el de castigarles y el de recompensarles.
¿A que me refiero con castigar y recompensar?
Por castigar por degradar y despedir; por recompensar, a conceder honores y riqueza.
Usádolos bien, los miembros del equipo, siempre estarán temerosos de los castigos y ansiosos de las recompensas.
Pero no son así las cosas hoy.
Hoy muchos altos directivos han perdido el control sobre los castigos y las recompensas: movidos por venganzas o favores personales, resulta que son los "segunda línea" quienes determinan el premio o castigo a concretar. Consecuentemente, los equipos, ya no respetan a los altos directivos. Centran sus miedos o esperanzas en las "segundas líneas de decisión" por lo que las organizaciones son "guiadas" por individualidades escasamente comprometidas con la globalidad.
Una de las estrategias para provocar miedo es "no ser previsible". La arbitrariedad asusta.
Consecuentemente, el poder, está estructurado y organizado para controlar a las masas sedándolas en la comodidad. Quizás éstas puedan romper sus cadenas caso de adquirir conciencia de tales herramientas y modificando su escala de valores.
Tal modificación debería contemplar, por ejemplo, a dar prioridad a un "plan de carrera" versus una gratificación económica.
Pero las personas nos movemos más por lo aparente que por lo real. Tal circunstancia condiciona cualquier estrategia inteligente. Quién desee ser estratega con su entorno deberá utilizar la astucia para mantener a los demás "en suspenso y asombrados".
Todo ello acompañado de determinadas "virtudes" que refuercen nuestra credibilidad y reputación.
O bien aceptamos ser "los corderos obedientes" o nos manejamos en la estrategia dado que el "poder " busca nuestras voluntades para conseguir sus objetivos.
¿Quién es el dueño del poder?
¿Cuántos poderes hay?
¡Tú que respondes!
¿o prefieres una cerveza?
¡¡o un bombóm!
2 comentarios:
La única forma de avanzar, es dejar de lado la comodidad, levantarse y caminar.
Feliz descanso.
Irtud y valor.
Solo los valientes llegan a sus objetivos.
La valentia implica no ser comodos.
un abrazo amigo.
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