TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



¿HACIA EL TRIUNFO DEL ESFUERZO?




“El objeto de la clase política es la felicidad de la Nación; puesto que el fin de la sociedad no es otro que el bienestar de los individuos que la componen”

No tener trabajo
Infinidad de veces me he preguntado si, la carencia de trabajo, es ajena al trabajador y obedece a la casualidad. Con el tiempo, he llegado a la conclusión que responde a una programación del “PLAN DE CARRERA
Los trabajadores, con mayor o menor cualificación, han” de sustituir la tertulia en el bar o peluquería con la implantación de su “hoja de ruta” que le guie en el desarrollo de su presencia dentro del mercado laboral. Esta actividad no es aconsejable contemple simplemente alcanzar un “salario” para tener presencia en el mercado de consumo; debe tratar, también, de nuestro esfuerzo para adaptarse a los tiempos.
Así nosotros mismos o con ayuda de un coach debemos analizar aquello que denominamos “futuro profesional” que esté en armonía con un desarrollo personal adaptado a los tiempos. Todo ello adaptado referido tanto a la preparación como a la vigencia de la ocupación; reconvirtiéndonos si es preciso.
Al igual que la salud, la ocupación debe atenderse permanentemente y adaptarse a los tiempos. Demasiados obvian este precepto que, con mayor rapidez de lo deseado dejan su futuro al aire. Se olvidan de competir –la economía de mercado es competición- y rápido llega la realidad: ESTAMOS FUERA DEL MERCADO por dejadez.
No sirven excusas domésticas pues la evolución no entiende otra cosa que el compromiso y el esfuerzo.
Analizamos nuestra CAUSALIDAD regida por modelos mentales algo caducados y encaminémonos hacia el triunfo de la voluntad. 

"HAY QUE DEJAR EL PESIMISMO PARA TIEMPOS MEJORES, Y EL OPTIMISMO, PARA LOS PEORES"




Atentos a las nuevas oportunidades
FRANCESC MIRALLES 

Resignarse a lo conocido y no atreverse a poner en marcha los sueños limita nuestras posibilidades. Hasta en tiempos de crisis hay oportunidades a las que tenemos que abrirnos para dar un giro a nuestras vidas.
La vuelta al trabajo, tras un verano lleno de alarmas económicas, hace que muchas personas se reincorporen a la rutina resignadas a reprender su vida en el mismo punto donde la dejaron. Esta inercia de lo cotidiano nos hace olvidar que cada ser humano tiene ante sí un amplio abanico de caminos, aunque creamos encontrarnos en un carril de sentido único.
"Nos sentimos tan agobiados por las obligaciones, que nos aferramos a lo que tenemos sin contemplar otras alternativas"
"Para poder ver las oportunidades hay que dejar de pensar en clave de limitaciones para hacerlo en clave de posibilidades"
Un célebre poema de Robert Frost habla de un caminante que debe tomar una decisión: "En un bosque se bifurcaban dos senderos, y yo... Yo tomé el menos transitado. Esto marcó toda la diferencia." A la mayoría de las personas nos aguardan, no dos caminos, sino un mar de opciones. En el momento en que tomamos conciencia de ellas, la apatía y el conformismo dejan paso a la libertad de elegir lo que queremos ser y hacer, siempre dentro de nuestras posibilidades, que son muchas más de las que suponemos.
Este artículo aborda la ciencia de las posibilidades. Para ello hablaremos de personas que supieron ver algo diferente tras el muro del cansancio y el determinismo. Empezaremos con el caso de dos escritores norteamericanos muy diferentes entre sí: uno es el rey del best seller de consumo rápido; el otro, un firme candidato al Premio Nobel.
Pocos lectores saben que Dan Brown, antes de escribir novelas como El código Da Vinci, era músico -grabó tres discos que pasaron desapercibidos- y profesor de idiomas en un instituto. Se hallaba de vacaciones con su esposa en un hotel de Tahití cuando observó que alguien había olvidado un libro en una tumbona. Se trataba de The Doomsday conspiracy, de Sidney Sheldon. Por curiosidad leyó la primera página y, sin pretenderlo, se tragó aquel thriller de cabo a rabo. Cuando lo terminó, de repente pensó que le apetecía escribir una historia así.
Al regresar a casa empezó a redactar su primer libro sin imaginar que, en solo unos años, sería el escritor más rico del mundo. Nada de esto habría sucedido si Brown no hubiera recogido esa novela que albergaba una nueva y excitante posibilidad.
En el otro extremo, el exquisito Don DeLillo tampoco se había propuesto ser novelista. Quien escribiría obras como Ruido de fondo o Americana procedía de una familia muy humilde, así que se empleó como guardia de seguridad en un parking para poder viajar. Obligado a matar las horas de algún modo, empezó a devorar los clásicos de la narrativa norteamericana. Después de mucho leer decidió que tenía que ser escritor, y se puso a la tarea. El aburrimiento del parking se convertiría en su gran oportunidad.
La vida de cada persona está llena de oportunidades que pasamos por alto, a diferencia de los dos casos que acabamos de ver. Nos sentimos tan agobiados por nuestras obligaciones y miedos, que nos aferramos a lo que tenemos sin contemplar otras alternativas. Incluso en tiempos de profunda crisis como los actuales, las oportunidades bullen en la olla de lo cotidiano a la espera de ser descubiertas. Para poder verlas hay que dejar de pensar en clave de limitaciones para empezar a pensar en clave de posibilidades.
La escuela de la dificultad
"Hay que dejar el pesimismo para tiempos mejores, y el optimismo, para los peores" (Pere Casaldáliga)

"No hay nada nuevo en los libros de autoayuda.Lo que nos falta es practicarlo" "Debemos estar atentos a nuestras sensaciones, emociones y pensamientos, y cuando se curven, aplicar la teoría que ya sabemos"




"Jamás se ha emborrachado
nadie a base de comprender intelectualmente la palabra
vino" (Anthony de Mello)
La espalda debe mantenerse recta; si estamos sentados, debemos apoyarla bien en el respaldo. Todos los sabemos, ¿pero lo hacemos? Quizá nos proponemos hacerlo, pero es difícil porque no nos damos cuenta y la curvamos. Con nuestros pensamientos y nuestras conductas pasa exactamente lo mismo. Sabemos que no tenemos que ser pesimistas, que tenemos que contar hasta diez en algunas situaciones, que... pero nos cuesta. Parece que nuestra actitud, nuestros pensamientos, también se tuercen como la espalda. Es difícil rectificar las actitudes porque no nos damos cuenta y van a su aire. Debemos, pues, aprender a observarnos en todo momento, debemos estar atentos constantemente a nuestras sensaciones, emociones y pensamientos. Y cuando se curven, aplicar la teoría que ya sabemos.
Tenemos claro que si queremos adelgazar, tenemos que hacer el esfuerzo de seguir un régimen; que si queremos estar más en forma, es necesario practicar ejercicio físico; pues si queremos crecer a nivel personal, no basta solo con leer o reflexionar, también debemos esforzarnos y practicar. Una de las preguntas más usuales a las que nos enfrentamos los psicólogos y más difícil de responder es: "¿cómo lo hago?, ¿cómo hago para aplicar la teoría que ya me sé?". Por ejemplo, alguien te comenta: "Ya sé que tengo que ser más positivo, pero ¿cómo lo hago?". No hay una clave universal. Normalmente cada persona encuentra su propia herramienta íntima e intransferible. Y esas estrategias personales se hallan practicando. Estamos llenos de automatismos, así que si por ejemplo leemos un libro de autoayuda, aunque hayamos reflexionado mucho, lo cerraremos y seguiremos con los automatismos. Solo con esfuerzo y práctica se cambian. El primer paso, sin duda, es la autoobservación. Las lúcidas palabras de Anthony de Mello nos animan a ello: "Emplea horas enteras simplemente en observar tus ideas, tus hábitos, tus apegos y tus miedos, sin emitir juicio ni condena de ningún tipo. Limítate a mirarlos y se derrumbarán".
En este suplemento, en abril apareció una carta de María Dolores Ribes titulada Mejor con psicología que decía así: "Quería expresar mediante este correo que si todas las personas que leemos esta revista, que es una de las mejores, hiciéramos un poco más de hincapié en la parte de psicología, nos iría mejor la vida...". La carta me encantó, como supongo también gustó a todos mis compañeros de esta sección. Me gustaría matizarla diciendo que "hacer hincapié en la parte de psicología" no significa solo leer estos artículos, sino también practicar sus mensajes.

MENTE VERSUS CONCIENCIA ¿POR DONDE ANDA LA PRIORIDAD?




EL FINAL DEL ANÁLISIS

Quiero que saborees la diferencia entre análisis y conciencia. O la simple información, por un lado, y el entendimiento, por el otro. La información no es entendimiento; el análisis no es conciencia, el conocimiento no es conciencia.
Supón que entro aquí con una serpiente subiéndome por el brazo y te digo: “Ves la serpiente que sube por mi brazo? Acabo de consultar una enciclopedia antes de venir a la sesión y he descubierto que es una víbora. Si me mordiera, moriría en medio minuto. ¿Te importaría sugerirme amablemente modos de librarme de esta criatura que está reptando por mi brazo?” ¿Quién habla así? Tengo información, pero no tengo conciencia.
O digamos que estoy destruyendo mi vida con el alcohol. “Describe amablemente medios por los que podría librarme de esta adicción”. Una persona que hable así no tiene conciencia. Sabe que se está destruyendo a sí misma, pero no es consciente de ello. Si fuera consciente de ello, abandonaría la adicción en ese mismo momento. Si yo fuera consciente de qué es la serpiente, la arrojaría lejos; sería arrojada a través de mí. De esto es de lo que estoy hablando, de este tipo de cambio es de lo que estoy hablando. Tú no te cambias a ti mismo; no es que yo me cambie a mí mismo. El cambio tiene lugar a través de ti, en ti. Ésta es la manera más adecuada de expresarlo. Ves que el cambio tiene lugar en ti, a través de ti; ocurre en tu conciencia. Tú no lo haces. Cuando lo haces tú, es mala señal; no durará. Y si dura, que la Emancipación se apiade de las personas con las que están viviendo, porque te vas a volver muy rígido. Es imposible convivir con las personas que cambian basándose en el auto odio y la auto insatisfacción. “Si quieres ser mártir, cásate con un santo”.
Pero si en la conciencia conservas tu suavidad, tu sutileza, tu delicadeza, tu apertura, tu flexibilidad, y no empujas, el cambio ocurre. NO INFORMACIÓN, SINO CONCIENCIA.
Debemos saborear y sentir la verdad: no conocerla, sino saborearla y sentirla, tener la sensación de ella. Cuando le sientes de esta manera, cambias. Cuando sólo la conoces en tu mente, no cambias. 
Mello

SIN ASUMIR RIESGOS, NADA CAMBIARÁ




"Sin entendimiento no
habrá confianza. Sin asumir riesgos, nada cambiará"

Ante los cambios, observemos nuestras respuestas. Si nos resistimos a aceptar el cambio es por nuestros miedos. Podemos aferrarnos a nuestro estilo de vida, a nuestros privilegios, a las ocho pes (posición, poder, propiedad, paga, privilegios, prestigio, persona y puesto), que son como un río en constante movimiento. Vienen y se van y luego aparecen otras que también se irán. Si intentamos detener el fluir del río, creamos una presa, se estanca el agua y provoca una presión que se va acumulando en nuestro interior. Vivimos bajo la presión del tiempo, de las fechas límite, de lo que hay que hacer, pero, sobre todo, la presión que nos provoca el miedo a lo que pueda ocurrir.
Ante esta dinámica del comportamiento humano necesitamos confianza, creatividad y coraje. Ir hacia el interior, saber reflexionar y dejar de buscar culpables fuera. Aunque los hay, podemos asumir la responsabilidad para con nosotros.
Una labor importante a desarrollar por los líderes organizativos es generar culturas en las que los miembros puedan explorar, experimentar, ampliar sus capacidades, improvisar y adelantarse a las necesidades de los clientes antes de que las formulen. A estas culturas se les denomina con frecuencia "culturas de aprendizaje apreciativo". El esfuerzo de innovación exige un tipo de aprendizaje diferente que no sea un mero adaptarse a los retos y resolver problemas.
Este tipo de aprendizaje se centra en imaginar posibilidades e idear nuevas formas de mirar el mundo. La innovación exige estar dispuesto a pensar de forma alternativa. Conlleva un enfoque apreciativo, la habilidad de vislumbrar posibilidades radicales y la disposición para ir más allá de los límites de los problemas. Este enfoque se potencia con la indagación apreciativa, un método de intervención en las comunidades, organizaciones y grupos para descubrir en acción lo que les da vida, su núcleo positivo, sus fortalezas y las aspiraciones colectivas y para diseñar e innovar lo que les dará más vitalidad, mejorando la comunicación mediante los diálogos apreciativos.
La Madre Teresa de Calcuta se dirigió así a un grupo de directivos en un congreso internacional de managements sobre la arquitectura del cambio en San Francisco: "¿Queréis que haya cambio? ¿Queréis que vuestra gente cambie? ¿Les conocéis? ¿Les amáis? Si no conocéis profundamente a vuestra gente no habrá entendimiento entre vosotros, y sin entendimiento no habrá confianza. ¿Amáis a vuestra gente? ¿Hay amor en lo que hacéis? Si no hay amor en vosotros no habrá poder ni fortaleza en vuestra gente. Si no hay fortaleza no hay pasión. Sin fortaleza ni pasión nadie se arriesgará. Y sin asumir riesgos nada cambiará".
Para conocer a nuestra gente tenemos que conocernos a nosotros mismos. Para tener una buena relación con los demás hemos de tener una buena relación con nosotros mismos.
Cuando lideramos desde la confianza abrimos e impulsamos la creatividad y la innovación. Innovamos utilizando nuestra capacidad de imaginar nuevas posibilidades y de generar nuevas propuestas ante estímulos familiares. Creamos espacios de confianza permitiendo que las personas asuman riesgos, que no tengan miedo a equivocarse, que se atrevan a tener iniciativa sabiendo que serán apoyados. Cuando logramos liderar nuestra vida así, inspiramos un movimiento creativo y transformador a nuestro alrededor y en los demás.
al servicio de la humanidad

EL SILENCIO ES EL ÚNICO AMIGO QUE JAMÁS TRAICIONA




"Confiar en todos es insensato, pero no confiar en nadie es neurótica torpeza"
(Juvenal)
Para gestionar eficazmente la confianza podemos imaginar que somos una cebolla: tenemos un corazón envuelto en distintas capas protectoras. En cada situación podemos decidir cuántas capas nos quitamos y, por tanto, cuán desnudos o protegidos nos quedamos. Si percibimos una situación hostil, nos quedaremos con todas las capas (incluida la reseca piel externa) y estaremos protegidos, aunque así nadie será capaz de acceder a nuestro corazón. Por el contrario, si percibimos una situación de complicidad, podemos quitarnos todas las capas y dejar nuestro corazón al descubierto, absolutamente accesible a los demás.En condiciones normales, es tan disfuncional no desprendernos ni tan siquiera de la piel externa y permanecer protegidos por todas las capas como desnudarnos hasta el corazón quedando expuestos sin protección alguna. Es tan malo no abrirse en absoluto poniendo una barrera insalvable a la confianza como darla por completo y sin prevenciones exponiéndonos a su abuso por parte de los demás.Hacer de la confianza una virtud para la comunicación y para las relaciones consiste en decidir en cada entorno cuántas capas nos quitamos y con cuántas nos quedamos. Como individuos, hemos de ser capaces de quitárnoslas todas si así lo deseamos. Pero hemos de tener el suficiente criterio para saber en qué circunstancias es bueno que lo hagamos. No podemos entregar nuestra confianza como un cheque en blanco a aquellos que no la merecen.

"NO HAY MAYOR NEGOCIO QUE VENDER A GENTE DESESPERADA UN PRODUCTO QUE ASEGURA ELIMINAR LA DESESPERACIÓN"




La verdad sobre la autoayuda
BORJA VILASECA
¿Existen las varitas mágicas para dar un giro a nuestra vida? ¿Hay técnicas para lograr remedios o son una tomadura de pelo? Porque, al final, solo nosotros podemos aportar nuestras soluciones.
Aunque la mayoría de las personas no van hacia ninguna parte, es un milagro encontrarse con una que reconozca estar perdida". Estas palabras del filósofo José Ortega y Gasset (1883-1955) siguen vigentes en la actualidad. La gran mayoría de nosotros nos limitamos a sobrevivir. Trabajamos. Consumimos. Y tratamos de divertirnos todo lo que podemos. Pero en general no sabemos para qué vivimos. De ahí que muchos vaguemos por la vida como "boyas a la deriva".
"El triunfo de la autoayuda tiene mucho que ver con la pérdida progresiva de credibilidad de las instituciones religiosas"
"Es imprescindible que no nos creamos nada de lo que nos digan, incluyendo, por supuesto, la información que aparece en este artículo"
Y no es para menos. Desde que nacemos, la sociedad nos condiciona para convertirnos en empleados y consumidores, de manera que perpetuemos el funcionamiento económico del sistema. Tanto es así, que hemos sido adoctrinados para buscar nuestro bienestar fuera de nosotros mismos. Prueba de ello es que confundimos la verdadera felicidad con sucedáneos como el placer, la satisfacción o la euforia temporal que nos proporcionan el consumo de bienes materiales, los triunfos profesionales o el entretenimiento. Y debido a nuestra falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos, a menudo construimos un estilo de vida de segunda mano, prefabricado.
Frente a este escenario socioeconómico, la crisis existencial es casi inevitable. En esencia, consiste en reconocer que nuestra forma de pensar y de comprender la vida es limitada y errónea. Y en consecuencia, iniciar un proceso de cambio y evolución personal, buscando una nueva manera de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestras circunstancias. Así es como aprendemos a seguir los dictados de nuestra conciencia y de nuestra intuición, desarrollando nuevas competencias emocionales que nos permitan obtener resultados de mayor satisfacción.
EL NEGOCIO DE LA AUTOAYUDA
"No hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación" (Aldous Huxley)