"Cada logro comienza con la
acción de intentarlo"
Antes de dejarte llevar por la contrariedad
podemos revisar el deseo que sustenta
tal disgusto.
Vivimos en una cultura donde desear
permanentemente es lo habitual.
Ante tanta manifestación del deseo, es
lógico aparezca la desazón de la
voluntad y, con ella, frecuentemente,
llegue la enemistad con el otro.
Creo que para acercarse a la felicidad
debiéramos medir el deseo, especialmente,
cuando éste depende de los demás.
Desear menos y amar más nos aproximará
al encuentro de nuestro verdadero
SER
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