"No por mucho madrugar amanece
más temprano"
En la ciudad de Barcelona, al igual que en
otras grandes urbes, la gente va de un lugar a otro
corriendo, deprisa, con urgencias.
Nos desplazamos enloquecidos por los túneles
del metro para después quedarnos
sentados en los andenes enviando
whappsaps. Es un viaje desplazarse a
ninguna parte que nos instala en el más
profundo absurdo.
Ir deprisa no presupone ser más eficaces. Mas
bien enconde las limitaciones de una
existencia oscura.
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