Todo lo que
los hombres ya deberían saber sobre la menstruación
No es teatro. Tampoco es histeria.
Los efectos del ciclo sexual femenino contados para quienes nunca los han
padecido
El ser humano es una especie de primate de organismo
complejo, cuya biología siempre se impone sobre disfraces o convenciones. Y
usted dirá: ¿a qué viene esta clase de primero de biología? Pues a que entender
el cuerpo es crucial para nuestras relaciones. Y que de nada sirve conocer al
dedillo los gustos musicales de su hermana, madre, hija o o novia, si luego
observa como un marciano las fases de su ciclo menstrual, un proceso
fisiológico que viven las mujeres sexualmente maduras. ¿Qué deben saber los varones
sobre la menstruación de las féminas? Que las hormonas vienen y van. “En estas
alteraciones y los subsiguientes efectos físicos y del ánimo influyen muchos
factores. Todas las mujeres experimentan subidas y bajadas de estrógenos,
progesterona y testosterona, pero no afecta a todas por igual. Es más, una
misma fémina, a lo largo de todos los ciclos de su vida fértil, puede tener
meses muy tranquilos y meses complicados. Entender esto es duro para muchos
hombres, e incluso para las mujeres con ciclos sin sobresaltos”, relata el
ginecólogo Carlos Cerdán Darder, jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia
del Hospital Quirón de
Palmaplanas de Palma de
Mallorca y miembro de Top Doctors.
A esta confabulación de las hormonas pueden sumarse
factores externos. “El estrés laboral, el abatimiento personal o la ansiedad,
pueden acrecentar los cambios de humor o la sensación de cansancio o
irascibilidad. Normalmente, después de la maternidad, los ciclos se sobrellevan
mejor, se atenúa el síndrome premenstrual y las reglas son menos dolorosas”,
precisa Cerdán. A sabiendas de que no hay dos ciclos iguales en una misma mujer
y, mucho menos, dos de ellas que pasen exactamente por lo mismo a lo largo de
los 28 días que dura el proceso de desarrollo de los gametos, estos son algunos
de los efectos frecuentes que a estas alturas cualquiera, independientemente de
su sexo, debería conocer.
1. Dolor, cansancio y más dolor
El viaje empieza en el día 1 del ciclo. La llegada de
la regla. Los niveles de progesterona (algo así como una droga antiansiedad
natural) y estrógenos (energizantes) quedan bajo mínimos. “Esta situación
hormonal favorece un estado de abatimiento y cansancio generalizado”, explica
el ginecólogo. Para terminar de estropear la situación, irrumpen las
prostaglandinas, unos lípidos que actúan de manera similar a las hormonas.
“Desencadenan unas contracciones en el útero para expulsar el endometrio (el
recubrimiento que habría albergado al feto en caso de embarazo). En algunas
mujeres esas contracciones son especialmente intensas y es lo que ocasiona el
clásico dolor de regla. Los anticonceptivos orales y los analgésicos como el
ibuprofeno suelen ser los medios más habituales para reducir su presencia y así
mitigar el dolor”, añade la doctora Mª Mar Sánchez Gila, ginecóloga del Hospital Universitario
Virgen de las Nieves de Granada. ¿Cuentos de mujeres quejicas? En absoluto. “La
disminorrea o regla dolorosa afecta, en algún momento de su vida, al 50% de los
individuos que menstrúan. Las molestias suelen ser de leves a moderadas, pero
hasta el 25% de las mujeres pueden presentar dolor agudo, náuseas, vómitos,
diarreas, cefalea e incluso perdidas de consciencia”, advierte el doctor Duque
Frischkorn, de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional. “Lógicamente, ante esta situación
de malestar y dolor es comprensible que la fémina no se sienta animada para
hacer muchas actividades”, comenta Cerdán.
2. Chute de energía
El 85% de las mujeres en edad
fértil experimenta el síndrome premenstrual (acné, cambios de humor, náuseas,
dolor de estómago o insomnio), pero menos del 10% lo hace con toda su
virulencia
Nada más terminar de menstruar, se entra en la fase
folicular. Y como quien no quiere la cosa, de un día para otro, algunas de
ellas se sienten electrizadas, con ganas de hacer mil cosas. Los responsables:
los niveles de estrógenos y testosterona subiendo como la espuma y capaces de
producir importantes cambios a nivel cerebral. Un equipo dirigido por el
neurólogo Jean-Claude Deher, del Instituto Nacional de salud Mental de Bethesda
(EE UU), demostró con resonancias magnéticas que las mujeres en la fase
folicular responden mejor a los estímulos asociados a una recompensa. “Esto implica estar más dispuestas
a realizar inversiones de dinero o emprender acciones arriesgadas durante esos
días [unas 9 jornadas de duración, justo después del sangrado]. E incrementa la
libido”, señala.
3. Felicidad absoluta
Durante los días centrales del ciclo, el momento
ovulatorio, la sensualidad y vitalidad de la semana anterior llegan a su
plenitud. Son los días fértiles. La neuropsiquiatra Pauline Maki, directora del
Programa de Salud Mental Femenina de la Universidad de Chicago, sostiene en su
estudio Variaciones
de la Memoria Implícita Durante el Ciclo Menstrual que, además, ese pico de estrógenos
podría incidir en una agudización de la memoria y la motricidad fina
(movimientos de precisión).
4. Días de caos
Arranca la fase lútea, que dura entre 11 y 16 días.
Caen los niveles de estrógenos y testosterona mientras aumenta la progesterona.
Baja la energía fulgurante, sube tranquilidad. Pero la paz no dura mucho. A
medida que se acerca la menstruación, también se desploma la progesterona, y,
con ella, puede que la libido y la calma. Con mayor o menor fuerza, ella entra
en el síndrome premenstrual. El Colegio de Obstetras y Ginecólogos
Americano estima que
el 85% de las mujeres en edad fértil experimenta, al menos, uno de los síntomas
asociados a ese estado (acné, cambios de humor, náuseas, dolor de estómago,
insomnio, baja concentración o retención de líquidos). “Afortunadamente, solo
menos del 10% de las féminas lo sufre con toda su virulencia”, señala Alek
Itsekson, del departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Meir
(Israel) en su artículo Síndrome
Premenstrual y Enfermedades Asociadas a la Hipersensibilidad de la Mujer a las
Hormonas Femeninas. “Conocemos los síntomas y su correlación con los cambios hormonales. Lo
que la ciencia aún no acierta a determinar es por qué a unas mujeres les afecta
más que a otras ni por qué un mes pasa desapercibido y, al siguiente, la misma
persona está que no puede con su cuerpo”, apunta Cerdán. No se extrañe si, de
pronto, ese manjar que a ella tanto le gustaba la pasada semana, hoy le parece
repulsivo: afecta al gusto. También es probable que aumente el apetito hacia
alimentos dulces o grasos. En otras palabras: el helado de chocolate. Así lo
afirman investigadores de la Universidad de Copenhague en el artículo Impacto del Ciclo Menstrual en los
Determinantes de la Ingesta de Energía.
oooOooo
0 comentarios:
Publicar un comentario