Los pobres deben estar en el centro de una sociedad emancipada y solidaria como principio de su estructuración, organización y misión.
La civilización de la riqueza, ofrece desarrollo y felicidad, y los medios para conseguir ambas cosas.
Por lo que toca a lo primero, en última instancia, propone la acumulación privada del mayor capital posible por parte de los individuos, grupos, multinacionales, estados o grupos de estados, como la base fundamental del desarrollo.
Y por la que toca a lo segundo, propone "la acumulación poseedora, individual o familiar, de la mayor riqueza posible como base de la propia seguridad y de la posibilidad de un consumismo siempre creciente como base de la propia felicidad".
Ignacio Ellacuria
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