Normalmente, cuando un humano
pierde un ojo, se considera una tragedia
y emocionalmente el mundo le
viene encima.
Por contra, cuando un ciego total,
recibe un ojo trasplantado, la alegría
inunda su alma y la felicidad de nuevo
ilumina su existencia.
La diferencia entre un caso y el otro
en que no sabemos renunciar.
Sólo estamos acostumbrados en
atesorar privilegios sin nunca renunciar
a ninguno.
La EMANCIPACIÓN nos muestra como
ser felices a través de la renuncia, y
consecuentemente, valorando
las muchas cosas que tenemos
y obviamos mediante
el consumismo
y el egoísmo.
3 comentarios:
El desapego es el camigo hacia la luz!
Gracias Coach del alma.
Abrazos primaverales.
Siempre te tengo que tirar de las orejas para que pases por casa?...jajaja
Lo que no se debe nunca es renunciar a ser útil.
Un abrazo Paco
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