La herramienta preferente y angular para la GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD es considerarla, tenerla en cuenta, aceptarla. Muchos de nosotros nos la hemos encontrado y no debemos de obviarla.
Otra herramienta destacada es cuestionarse las propias creencias y para qué nos sirven. Cuando a nuestros antepasados les acuñaron, más o menos libremente, sus creencias la sociedad existente no era la misma que hoy tenemos. Con nuestra renovación de creencias adaptamos el espíritu a nuevas realidades.
En nuestro baúl del cambio y/a adaptación a las nuevas realidades debemos introducir nuevos espacios de conversación que nos permitan aumentar las capacidades de comunicación. Así podremos estar en la línea de la nueva ALDEA DEL DIÁLOGO.
En nuestros días lo que buscamos todos es la EFICIENCIA y esta se basa en el diálogo entre las personas de los distintos medios productivos. Un equilibrio entre las emociones individuales y colectivas nos llevará al oasis de paz preciso para nuestra evolución adaptativa teniendo siempre presente que la evolución no debe evitar el compromiso.
En la gestión de la diversidad, el compromiso, es la piedra angular de la acción. Es su clave de bóveda. No es suficiente el ESTAR hay que SER.
Todos hemos de aspirar a ser nuestro líder emocional dentro de una sinfonía de emociones colectivas y desde ahí ir transformando nuestras creencias para adaptarlas a la gestión de la diversidad.
Necesitamos distintas competencias para la nueva sociedad. Con las anteriores ya no es suficiente si bien éstas no tienen "para qué ser abolidas" sólo deben evolucionar. Con el compromiso como bandera de nuestra acción llega la confianza, comunicación, coherencia, coordinación de acciones, complicidad, compenetración, cooperación no competición, corazón... si especialmente CORAZÓN.
ESCUCHA EMPÁTICA, COMUNICACIÓN Y EMOCIONES pueden ser ingredientes para vencer las resistencias endógenas y exógenas en la gestión de la diversidad.
¡¡¡Ponte en marcha!!!
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