
"Ser capaces de ser perdonados requiere de un aprendizaje"
Vivimos espejismos de amor y deseo que unidos a la codicia hacen de nuestra existencia un torbellino de atrevimiento donde la opinión suplanta al conocimiento.
Robotizados por la
adicción al consumo coloreamos nuestra
imagen pública mediante la satisfacción del tener.
Hijos de la
obsolescencia programada, se nos va la vida embobados ante el televisor sin más
consuelo que el dormir.
Pregunto, que
deseamos ¿vivir en la felicidad de la ignorancia o acompañarnos del embrujo del
conocimiento?
Tú, ¿cuándo
caducas?
0 comentarios:
Publicar un comentario