TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO, DOCTOR?


Muchas veces, con mayor frecuencia de la deseada,
precisamos que nos escuchen. Cuando llega este momento
nos damos cuenta que existe la soledad.
Con ella como protagonista de nuestra existencia
la intentamos esconder.
Ocultar-nos a través de oropeles
existenciales fácilmente detectables.
¿Para qué no aceptamos nuestro determinismo genético/biológico?
Abrir-nos a las circunstancias pueder ayudarnos a comprender
nuestros momentos.
¿Quieres?
La menopausia

Un día frío de otoño, Elena y Susana estaban mirando a sus hijos adolescentes jugar fútbol, cuando de repente Elena se enrojeció y parecía que estaba sudando. Susana le preguntó si se sentía bien. “Ah!, es solamente uno de esos calores súbitos”, dijo Elena. “Esto me está pasando ahora varias veces a la semana, y aun durante la noche. Al principio, no sabía qué era lo que me estaba pasando, pero mi doctor me dijo que eran los síntomas de la menopausia”. Susana se sonrío y dijo, “Sí claro, me acuerdo de esos calores súbitos, pero ahora a mí ya se me pasaron”. Menopausia, o “el cambio de vida” es diferente para cada mujer. Por ejemplo, los calores súbitos y las dificultades para dormir tal vez le den problemas a su hermana, mientras que usted está gozando de una sensación de libertad y energía. Y, su mejor amiga tal vez no se dé por enterada del todo de algún cambio.
¿Qué es la menopausia?
La menopausia es una etapa normal de la vida, así como la pubertad. Es la etapa del último ciclo menstrual, pero los síntomas pueden empezar varios años antes. Algunos de los síntomas de la menopausia pueden durar por meses o permanecer por varios años después. Los cambios en los niveles de estrógeno y progesterona, las cuales son dos hormonas femeninas que se reproducen en los ovarios, podrían generar estos síntomas.
Esta etapa de cambio es conocida como la transición menopáusica, pero es también llamada perimenopausia por muchas mujeres y sus doctores. Puede empezar varios años antes del último periodo menstrual. La perimenopausia dura por 1 año después del último periodo menstrual. Después de 1 año entero sin ninguna menstruación, usted puede decir que “ha pasado por la menopausia”. La post menopausia sigue después de la menopausia y dura por el resto de la vida. La edad promedio de una mujer que está teniendo su último periodo, la menopausia, es 51. Pero algunas mujeres tienen su último periodo en sus cuarentas, y algunas lo tienen más tarde en sus cincuentas. Fumar puede llevarle a una menopausia temprana, así como también algunos tipos de operaciones. Por ejemplo, la cirugía para remover el útero (llamada histerectomía) hará que paren sus periodos, y eso es menopausia. Pero, usted probablemente no tenga síntomas de menopausia, como calores súbitos, durante ese tiempo, porque si sus ovarios no han sido removidos, éstos pueden todavía producir hormonas. Al tiempo, cuando sus ovarios empiezan a producir menos estrógeno, los síntomas de la menopausia podrían empezar. Sin embargo, algunas veces los dos ovarios son removidos (una cirugía llamada uforectomía), usualmente junto con el útero. Eso es menopausia también. En este caso, los síntomas de la menopausia pueden empezar inmediatamente, sin importar qué edad tenga, porque su cuerpo ha perdido la fuente principal de producción de estrógeno.
¿Cuáles son las señales de la menopausia?
Las mujeres pueden tener diferentes señales o síntomas durante la menopausia. Eso sucede porque el estrógeno es usado por muchas partes de nuestro cuerpo. De manera que, a medida que va teniendo menos estrógeno, usted podría tener varios síntomas. Éstos son los cambios más comunes que usted tal vez pueda notar durante la mediana edad. Algunos podrían ser parte del proceso del envejecimiento en lugar de ser parte de la menopausia. Cambio en su periodo. Esto puede ser lo que usted note primero. Sus periodos podrían no ser regulares. Éstos podrían ser más cortos o durar más. Tal vez sangre menos o más que lo usual. Éstos son todos cambios normales, pero para asegurarse que no haya ningún problema, consulte con su doctor si:
Sus periodos se hacen muy cercanos entre sí
Si usted tiene flujo abundante
Sangra un poco o mancha entre periodos
Los periodos le duran más de una semana
Calores súbitos. Muchas mujeres tienen calores súbitos durante la etapa de la menopausia. Éstos podrían estar relacionados a cambios en los niveles de estrógeno. Los calores súbitos podrían durar unos cuantos años después de la menopausia. Un calor súbito es una sensación repentina de calor en la parte superior de todo su cuerpo. Su cara y su cuello podrían enrojecerse. Áreas enrojecidas podrían aparecer en su pecho, en su espalda y sus brazos, seguidas por sudor fuerte y escalofríos. Los calores súbitos podrían ser muy leves o suficientemente fuertes como para despertarla (llamados sudores nocturnos). La mayoría de los calores súbitos duran de 30 segundos a 10 minutos.
Problemas con su vagina y vejiga. Cambios en los niveles de estrógeno pueden causar que su área genital se reseque y adelgace. Esto podría hacer que las relaciones sexuales resulten incómodas. O, usted podría desarrollar más infecciones vaginales o urinarias. Algunas mujeres encuentran difícil aguantar la orina hasta poder llegar a un baño. Algunas veces hay goteo de orina durante el ejercicio, al estornudar, al toser, al reírse o al correr.
Sueño. Alrededor de la mediana edad algunas mujeres empiezan a tener problemas para lograr una buena noche de sueño tranquilo. Tal vez usted no pueda dormirse fácilmente, o se despierta muy temprano. Los sudores nocturnos la pueden despertar. Es posible que le cueste dormirse nuevamente si se despierta durante la noche.
Sexo. Es posible que usted note que sus sentimientos acerca del sexo están cambiando. Tal vez está menos interesada. O, tal vez se sienta liberada o más sexy después de la menopausia. Después de cerca de un año entero sin su período, usted ya no podrá quedar embarazada. Pero recuerde, podría estar en riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual (ETS), como la gonorrea o incluso el VIH/SIDA. Usted incrementa el riesgo de una ETS si está teniendo relaciones sexuales con más de una persona o con alguien que está teniendo relaciones sexuales con otras personas. Si es así, asegúrese de que su pareja usa un condón cada vez que tenga relaciones sexuales.
Cambios de humor. Usted podría encontrarse más cambiante o irritable durante el tiempo de la menopausia. Los científicos no saben por qué esto pasa. Es posible que el estrés, cambios en la familia tales como hijos que están creciendo o padres que están envejeciendo, un historial de depresión o sentirse cansada puedan causarle estos cambios de humor. Su cuerpo se siente diferente. Su cintura se puede ensanchar. Usted puede perder masa muscular y ganar grasa. Su piel se podría poner delgada. Tal vez tenga problemas de memoria, y sus articulaciones y músculos podrían sentirse entumecidos y adoloridos.
¿Qué debo saber acerca de mi corazón y huesos?
Hay dos problemas comunes que podrían empezar a suceder en la menopausia, y que tal vez usted ni siquiera los note.
Osteoporosis. Día tras día su cuerpo está ocupado desechando tejido óseo y reemplazándolo con un tejido óseo nuevo y saludable. El estrógeno le ayuda a controlar la pérdida del tejido óseo, y la pérdida de estrógeno durante el tiempo de la menopausia causa que las mujeres pierdan más tejido óseo que el que recuperan. Al tiempo, los huesos se ponen débiles y se quiebran fácilmente. Esta condición se llama osteoporosis. Hable con su doctor para ver si usted debería realizarse un examen para verificar la densidad de sus huesos y averiguar si usted está en riesgo. Su doctor también puede sugerirle formas de prevenir o de tratar la osteoporosis. Enfermedades cardiacas. Después de la menopausia, las mujeres están más propensas a sufrir de enfermedades cardiacas. Los cambios en los niveles de estrógeno pueden ser parte de la causa. Pero la causa también puede ser el envejecimiento. Al envejecer, es posible que usted aumente de peso y desarrolle otros problemas, como una presión arterial alta. Esto podría ponerla en un riesgo más alto de sufrir enfermedades cardiacas. Asegúrese de chequearse regularmente la presión arterial y los niveles de triglicéridos, la glucosa, la lipoproteína de baja densidad (LDL, por sus siglas en inglés), la lipoporteína de alta densidad, (HDL, por sus siglas en inglés), y el nivel de colesterol. Hable con su proveedor de salud para averiguar qué puede hacer para proteger su corazón.
¿Cómo puedo mantenerme saludable después de la menopausia?
Mantenerse saludable después de la menopausia podría significar hacer algunos cambios en la manera que usted vive.
No fume. Si usted usa cualquier tipo de tabaco, pare—nunca es tarde para beneficiarse de dejar de fumar.
Mantenga una dieta saludable, baja en grasa, alta en fibra, con suficiente frutas, vegetales y alimentos integrales, así como todas las vitaminas y minerales importantes.
Asegúrese que obtiene suficiente calcio y vitamina D en su dieta o con suplementos vitamínicos/minerales.
Aprenda cuál es su peso ideal, y trate de mantener ese peso.
Haga ejercicios de resistencia al propio peso, como caminar, trotar o bailar, por lo menos tres veces cada semana para tener huesos saludables. Pero trate de estar físicamente activa de otras formas para su buena salud general.
Otras cosas que debe recordar:
Tome medicinas si su doctor se las receta, especialmente medicinas para problemas de salud que usted no puede ver o sentir—por ejemplo, presión arterial alta, colesterol alto u osteoporosis.
Use un lubricante vaginal a base de agua (no vaselina) o una crema o pastilla vaginal de estrógeno para ayudarla con las molestias vaginales.
Hágase exámenes pélvicos o de los senos, el examen de Papanicolau o prueba de Pap y mamografías regularmente. También debe hacerse exámenes para detectar el cáncer en el colon y en el recto, y el cáncer en la piel. Contacte a su doctor inmediatamente si usted encuentra un abultamiento en sus senos o un lunar que haya cambiado.
El Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento (NIA por sus siglas en inglés) tiene publicaciones sobre muchos de estos temas. Vea Para más información para aprender cómo obtener sus copias gratis.
La menopausia no es una enfermedad que tenga que ser tratada. Pero usted tal vez necesite ayuda si ciertos síntomas, como los calores súbitos, le molestan. Éstas son unas ideas que han ayudo a algunas mujeres:
Trate de notar cuándo le suceden los calores súbitos—hacer apuntes en un diario le puede ayudar. Es posible que usted pueda usar esa información para averiguar qué es lo que provoca sus calores súbitos y entonces tratar de evitarlo.
Cuando empiece a sentir un calor súbito, trate de ir a un lugar fresco.
Si los sudores nocturnos la despiertan, duerma en un cuarto fresco o use un ventilador.
Vístase usando prendas en capas que pueda quitarse si usted llega a sentir mucho calor.
Use sábanas y vestimenta que dejen que su piel “respire”.
Tome una bebida fría (agua o jugo) cuando le empieza un calor súbito.
Usted también puede hablar con su doctor acerca de si hay medicinas para controlar los calores súbitos. Algunas drogas que están aprobadas para otros usos, por ejemplo, algunos antidepresivos, parecen ayudar a algunas mujeres.
¿Qué hacer en cuanto a esas hormonas perdidas?
Hoy en día se escucha mucho acerca de si se debiera usar hormonas para aliviar algunos de los síntomas de la menopausia. Es difícil saber qué hacer, aunque hay cierta información que le puede ayudar.
Durante la perimenopausia, algunos doctores sugieren tomar píldoras anticonceptivas para ayudarle con los periodos muy fuertes, frecuentes o impredecibles. Estas pastillas también pueden ayudarle con síntomas tales como los calores súbitos, además de prevenirle un embarazo.
Si ciertos síntomas, tales como los calores súbitos, los sudores nocturnos o la resequedad vaginal, le están molestando, es posible que su doctor le sugiera tomar estrógeno (así como también progestágeno, si usted todavía tiene el útero). Esto es conocido como terapia de reemplazo hormonal (TRH). Algunas personas todavía la llaman terapia hormonal restitutiva (THR). Tomar estas hormonas probablemente le ayudará con los síntomas de la menopausia y también puede prevenir la pérdida de materia ósea que ocurre durante la menopausia.
La terapia de reemplazo hormonal tiene sus riesgos. Es por eso que la Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) sugiere que las mujeres que quieran probar la TRH para controlar sus calores súbitos o resequedad vaginal, usen la dosis más baja que les funcione por el más corto tiempo que la necesiten. Sus síntomas podrían regresar cuando deje de tomar las hormonas. En estos momentos, todavía hay mucho que aprender acerca de tomar hormonas. Consulte la sección Para más información para averiguar cómo obtener una copia gratis de la hoja informativa llamada La Menopausia y las Hormanas del Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento. Esta hoja contiene la más reciente información de la terapia de reemplazo hormonal.
¿Pueden ayudar los fitoestrógenos?
Los fitoestrógenos son substancias parecidas al estrógeno que se encuentran en algunos cereales, vegetales, legumbres (incluyendo la soya) y hierbas. Es posible que funcionen en el cuerpo como un tipo débil de estrógeno. Los investigadores están tratando de descubrir si los fitoestrógenos alivian algunos síntomas de la menopausia y si el uso de éstos conlleva algún riesgo. Asegúrese de decirle a su doctor si usted ha decidido comer más comidas que contengan fitoestrógenos o probar el uso de un suplemento de hierbas. Cualquier comida o producto sin receta médica que usted use por sus efectos médicos, podría cambiar el funcionamiento de las medicinas recetadas o causar una sobre dosis.
¿Cómo puedo decidir qué debo hacer?
Si usted está teniendo síntomas molestos, hable con su proveedor de servicios médicos para ayudarle a decidir cómo manejar mejor la menopausia. Usted puede consultar con un ginecólogo, un geriatra, un médico general o un médico internista. Asegúrese que su doctor conoce su historial médico y el historial médico familiar. Estos historiales deben incluir información relacionada a su riesgo de desarrollar enfermedades cardiacas, osteoporosis y cáncer del seno. Puede ser beneficioso saber que su decisión nunca es una decisión final. Usted puede y debe verificar todo con su doctor durante su chequeo anual. Sus necesidades personales pueden cambiar con el tiempo, así como también puede cambiar lo que conocemos acerca de la menopausia.

Síndrome del Nido Vacio


La pobreza no es natural.
Es algo creado por el humano
Y que por tanto
puede ser erradicada
por las acciones humanas.
Nelson Mandela
Mujer-madre

Durante muchos siglos y aun hoy vivimos en un mundo en el que ser mujer está muy fuertemente relacionado con ser madre, y la relación con los hijos constituye, por lo tanto, un pilar muy importante de la identidad femenina. Es cierto que lentamente están ocurriendo algunos cambios socioculturales, como la constitución de familias atípicas o el creciente nivel de empleo de la mujer fuera del hogar. Sin embargo, muchas mujeres que trabajan también padecen el SNV. Todavía en la actualidad muchas mujeres adquieren el estatus de tales a través de su rol de madre-de-sus-hijos, relación que se funda para toda la vida, pero que cambia de forma con el transcurso del tiempo. En la medida en que los niños las necesitan menos y crean otros lazos, suele producirse este tipo específico de alteración del ánimo que se denomina SNV. La madre siente el vacío del nido como un vacío en su identidad. Al no haber construido otros espacios de desarrollo personal, muchas mujeres carecerán de actividad y hasta se sentirán inútiles al no tener ya la responsabilidad de velar por los hijos. Sensación que por lo general no sufrirán los hombres ya que la subjetividad masculina está socialmente construida sobre otros valores.¿Qué pasa con esos crueles pichones, capaces de abandonar el nido que los alimentó y cobijó? Por lo general son conscientes del sufrimiento que su partida provoca, pero es la ley de la vida... Ellos trabajarán por una creciente independencia, lo cual los llevará a fundar su propio nido.

¿TE DA TU ENTORNO AUTORIDAD EN ALGO? o ¿ERES UN COMPARSA DEL MIEDO?




AUTORIDAD versus AUTORITARISMO

Muchos de los actuales habitantes de Europa viven bajo la influencia, más o menos, directa del AUTORITARISMO. Si bien las sociedades del Este lo han soportado hasta hace poco. Las del oeste se han deshecho de esta plaga de diferentes maneras e intensidades.
A la masa, con demasiada frecuencia, no se la ha educado en una convivencia responsable y solidaria y, para controlarla, se ha utilizado con mucha asiduidad la fórmula del autoritarismo militar o sus derivados más cercanos. Por ello muchos de nosotros hemos sido educados en el "obedecer" más que en el "crear".
De tal manera, la cultura del autoritarismo ha "calado" entre nosotros que casi me atrevo a afirmar que el "síndrome de Estecolmo" está en muchos de nosotros.
La autoridad se otorga por convencimiento popular el autoritarismo lo imponen las clases dominantes. ¿para què?
¿Os imaginais una sociedad sin opresores?
Bien pues si muchos podemos pensar que con la democracia no hay opresión, traslademos la pregunta al universo laboral: la empresa.
¿quién elige a los dueños de los sistemas productivos?
¿Tu empleo de quién depende?
¿Puedes tú influir en que no cierre la empresa?
¿Cómo consumidor te preocupas cómo está gestionada la empresa que eliges como proveedor?
¿Qué opinas de los lujos y oropeles que disfrutan los cuatro altos ejecutivos de tu empresa?
¿Hay democracia en la empresa?
Con el autoritarismo vives en la comodidad del miedo. Con la autoridad vives en el compromiso de la responsabilidad.
¿¿¿tú como vives???

¿CONOCES TUS HÁBITOS?


¿de la IMAGINACIÓN a la REALIDAD?

Uuuummm... ¿es posible?
"Un coach no es tan sólo un mago del cambio, sino también un luchador por la libertad."
Todos soñamos. Mientras dormimos,
nuestra mente baraja las experiencias del día
junto con sus correspondientes pensamientos y emociones.
Estos sueños pueden proporcionarnos pistas,
susurros e indicios acerca de nuestra vida,
de dónde estamos y de adónde queremos ir.
En los sueños nuestras metáforas se convierten en realidad.
Cuando soñamos utilizamos la imaginación,
saltamos de los confines de nuestra vida
a un mundo más amplio,
en el que todo es posible y
en el que no estamos limitados
a esas cartas que nos han sido
repartidas por "croupiers" al servicio del poder.
La libertad tiene dos facetas:
la de liberarse de algo y
la de gozar de libertad para hacer algo.
El coach trabaja con dos clases de libertad:
Ayuda a liberarse de circunstancias
insatisfactorias/desagradables y
posteriormente abre otras posibilidades.
El coach ayuda a quienes
están implicados en la búsqueda de la libertad
a determinar quiénes son sus enemigos
y qué esta bloqueando el cambio.
En la mayoría de los casos el enemigo
es el hábito entendiento por hábito
los intereses básicos y las vilezas humanas..
Pero los tiempos cambian y
los viejos hábitos ya no nos sirven.
El coaching nos puede cambiar
la dirección de la vida simplemente
modificando los hábitos y
convirtiéndolos no en formas predecibles
de respuesta si no en formas personales
de acción proactiva.

¡¡¡No abandones!!!
¡¡¡No renuncies!!!
¡¡¡No te rindas!!!

SOLEDAD ¿UN ESPEJISMO?




El eco es espejismo y el espejo es un eco.
También es un puente entre el olvido y la memoria.
A veces cambia tanto que no lo reconocemos como nuestro.
Nos atribuye barbaridades que curiosamente nunca dijimos,
sólo las pensamos.
¿Será que el eco también recoge materiales en el cerebro distraido?

Mario Benedetti.

SOLEDAD versus AISLAMIENTO

En soledad vivía
y en soledad ha puesto ya su nido.
Y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad
de amor herido.
No debemos lamentarnos
de la soledad toda vez que
esta nunca traiciona.
Podemos disfrutar de la compañía
mientras sea alegre y placentera.
Pero hemos de procurar aprender
a caminar solos pues comprobaremos,
en las muchas andaduras que hagamos,
que en el camino nadie nos llevará a cuestas.
La soledad es nuestra verdadera naturaleza,
pero lo queremos ignorar.
Consecuentemente seguimos siendo
unos desconocidos para nosotros mismos,
y en vez de ver nuestra soledad
como una situación dichosa
y llena de belleza, silencio y paz,
la malinterpretamos como aislamiento.
Cuando descubras tu soledad podrás crear,
podrás participar en todas las cosas que quieras,
porque esa participación
ya no implicará que estás huyendo de ti mismo/a.

¿AYUDAS A LOS DEMÁS?



Aprender a ayudar

CRISTINA LLAGOSTERA
Compartir cualquier dolor aligera su peso. Ayudar requiere saber escuchar y ponerse en el lugar del otro para conseguir que se sienta más capaz ante su problema y no lo contrario.
Algunos pensadores afirman que el ser humano es básicamente egoísta. “El hombre es un lobo para el hombre” (Homo hómini lupus), escribió Thomas Hobbes en el siglo XVII, y muchas personas continúan creyendo que ante todo nos mueven el interés personal y la defensa del propio territorio. Miramos a nuestro alrededor, leemos las noticias y, ciertamente, no faltan ejemplos de vivo egoísmo. Sin embargo, a pesar de no ser tan visibles o impactantes, existen también infinidad de gestos que nacen de la voluntad de ayudar.

“Necesitar y ayudar son dos experiencias complementarias. Cuando alguien quiere estar en un solo lado, surge el problema”
Un hombre cae en la acera e inmediatamente varias personas acuden para auxiliarle. Una joven escucha con atención a una amiga que habla disgustada sobre un asunto que le preocupa. Alguien perdido en una gran ciudad encuentra a una persona que se ofrece amablemente para guiarle. Son escenas simples, cotidianas, en las que la ayuda surge como un impulso natural ante la necesidad de otro ser humano.
Incluso en este momento en que se dice que las relaciones se han vuelto más frías e impersonales, en que la rentabilidad parece ser el valor prioritario, la ayuda desinteresada sigue estando presente. Una muestra de ello son las asociaciones, el movimiento del voluntariado o los grupos de ayuda mutua que proliferan cada vez más.
Las personas que ofrecen su tiempo y su dedicación a otras lo dicen claramente: ayudar les hace sentirse bien. Sin embargo, esto no significa que se trate de una tarea sencilla. Ante alguien con dificultades, a menudo surge la pregunta: ¿cómo puedo ayudar? Se duda acerca de si tener un papel más o menos activo, si la generosidad puede resultar invasiva o qué hacer para que los problemas de los demás no afecten excesivamente. Tras el deseo genuino de querer hacer algo por alguien es preciso buscar la mejor forma de actuar.
¿Altruistas o egoístas?
“Nadie es una isla, completo
en sí mismo; todo hombre es un trozo del continente, una parte del todo” (John Donne)
El etólogo Konrad Lorenz ya señalaba la importancia de la cooperación en la supervivencia de las especies. No sólo la lucha y la agresividad resultan cruciales para defenderse y evolucionar, sino también formar parte de un grupo. El altruismo, por tanto, cumple una función importante, al poner el interés colectivo por delante del individual.
La ayuda es un fenómeno universal y, como vemos, no exclusivo del género humano. Pero sí somos una de las especies que más dependen del apoyo de los demás. Nacemos indefensos y precisamos cuidados durante un largo periodo de tiempo. Incluso ya adultos, seguimos necesitando recibir afecto y atención del entorno.
“Uno de los mayores padecimientos es no ser nada para nadie”, dijo en una ocasión la madre Teresa de Calcuta. Y es que todas las personas tienen esta necesidad de pertenencia, de sentirse integradas en sus relaciones. Cuando esto falta nos volvemos más vulnerables. Se sabe, por ejemplo, que la soledad y la inadaptación aumentan la probabilidad de padecer ansiedad o depresión.
Sin embargo, no sólo necesitamos ser ayudados. También es preciso ayudar a los demás para fomentar nuestro desarrollo y madurez, y sobre todo la sensación de capacidad.
Un encuentro mutuo
“La necesidad más profunda del hombre es superar su separación, abandonando la prisión de su soledad” (Erich Fromm)
La ayuda se genera básicamente en un encuentro entre personas. Una se muestra más necesitada, y otra, dispuesta a responder a esa necesidad. La relación de ayuda es, por tanto, asimétrica, pues no se produce en igualdad de condiciones.
Para empezar, quien necesita ayuda tiene que afrontar dos dificultades: por un lado, el problema que le acucia, y por otro, reconocer ante otra persona que se siente incapaz de resolverlo por sí mismo. En este primer punto, ya sea por vergüenza, por miedo a no ser comprendido o por no poner en entredicho la propia imagen, se puede bloquear el circuito que permite recibir apoyo. Si no existe la disposición a ser ayudado, poco se puede ayudar.
Resulta distinto recibir una petición de ayuda que ofrecerla. En el primer caso, la propia persona admite tener una necesidad, mientras que en el segundo es alguien externo quien cree detectarla.
Quien se ofrece para ayudar a menudo peca de querer detentar la verdad, pretendiendo saber exactamente qué le conviene hacer a esa persona. Si el otro se niega o no desea seguir ese camino, puede surgir el enojo al creer que en el fondo no desea resolver su problema. Sin embargo, puede que esa persona tenga un modo distinto de encarar su situación o simplemente que no sienta esa necesidad que el otro cree detectar.
La ayuda es ante todo un acto comunicativo. Implica el uso de la palabra, pero también la expresión corporal, la mirada, los gestos, el contacto físico… Al comunicarse se construye un puente entre dos personas que permite dar y recibir información, lo que puede tener un gran efecto terapéutico.
Compartir cualquier dolor o problema a menudo aligera ya su peso. Sentirse respaldado ayuda a sobrellevar situaciones que de otro modo serían doblemente difíciles. A través de la comunicación también es posible dar a otra persona nuevas perspectivas sobre su dificultad, consuelo y, sobre todo, comprensión.
La ayuda que no ayuda
“El más cercano a la perfección es quien, con penetrante mirada, se declara limitado” (Goethe)
Según Carl R. Rogers, precursor de la terapia centrada en la persona, las condiciones esenciales al ayudar son la comprensión empática, la congruencia y una actitud de aceptación hacia el otro. Sentirse escuchado, atendido, muchas veces es todo lo que la otra persona espera cuando comparte su pesar. Resulta paradójico, pero la ayuda también puede convertirse en un obstáculo para la mejora y el cambio. No basta con la voluntad de ser útil: es importante medir la manera en que se ofrece ayuda.
Acompañar continuamente a alguien que tiene miedo a estar solo puede facilitar que su temor se agrave. Proteger en exceso no permite que la persona se enfrente a sus propios retos, lo que merma su sensación de capacidad. La ayuda implica ese riesgo: relegar a alguien necesitado a una condición de mayor necesidad.
Necesitar y ayudar son dos experiencias que se complementan. Y cuando alguien sólo desea permanecer en uno de los dos lados surge un problema: ya sea porque espera que todo le venga dado, o porque quiere ayudar pero no ser ayudado, privando así a los demás de la inmensa gratificación de sentirse útiles.
Tras cualquier gesto altruista se esconden motivaciones personales que en la práctica suponen el motor que impulsa la ayuda. La ayuda sana es aquella que nos permite dar algo provechoso, pero también salir fortalecidos de la experiencia. Cuando ayudar nos frustra, nos hace sentir mal o tenemos la sensación de que únicamente perdemos, suele ser preciso poner un límite a esa generosidad.
En un estudio se observaron las características que favorecían el buen curso del duelo por el fallecimiento de un hijo. Los padres que al cabo de dos años padecían menos depresión y estrés eran aquellos que habían canalizado su energía en ayudar a otras personas, por ejemplo participando como voluntarios en grupos de duelo. Prestar un servicio a los demás crea una corriente de confianza entre las personas, nos hace salir de nuestro ensimismamiento y permite aprender y enriquecerse a través de experiencias ajenas. Este tipo de ganancia es la que suelen buscar las personas que realizan una labor de ayuda.
Intercambio humano
“La obra humana más bella es la de ser útil al prójimo” (Sófocles)
El escritor irlandés Oliver Goldsmith dijo: “El mayor espectáculo es un hombre luchando contra la adversidad, pero aún hay otro más grande: ver a otro hombre lanzarse en su ayuda”. Puede que necesitemos más que ninguna otra especie la ayuda de los demás, pero también somos quienes podemos conseguir más utilizando esta capacidad natural.
La ayuda no sólo resulta beneficiosa para ambas partes, sino que se puede considerar una necesidad social. Para reducir el sufrimiento y la soledad, pero también para llevar aún más lejos nuestras posibilidades individuales, necesitamos tejer una red de intercambios basados en la ayuda. No es un descubrimiento nuevo: para progresar es preciso cooperar.

La ayuda eficaz

Para ayudar de la mejor manera posible es conveniente:
1. La escucha atenta y una disposición sincera y genuina de intentar comprender la realidad ajena.
1. Reconocer la necesidad real: no confundir lo que uno necesitaría si estuviera en el lugar del otro con lo que en realidad necesita la persona.
2. Calibrar la acción: antes de actuar o dar consejos conviene calibrar los resultados. Lo importante es que la otra persona se sienta más capaz ante su problema, y no lo contrario.
4. Reconocer los bloqueos: el impulso de ser útil puede frenarse por diversos motivos:
– Desconfianza ante la reacción del otro.
– Miedo a perder o a que nos tomen el pelo.
– Estar centrado en las propias necesidades, sin dejar lugar para las ajenas.
– Escasa fe en uno mismo y en que se puede aportar algo valioso.

¡¡'¡OJO, OJO, CON TUS CONVERSACIONES PRIVADAS!!!



El modo más seguro de corromper a la juventud es enseñándole a admirar más a aquellos que opinan como ella que a los que opinan diferente.
Nietzsche


LA HISTORIA DEL MARTILLO
Un hombre quiere colgar un cuadro.
El clavo ya lo tiene, pero le falta un martillo. El vecino tiene uno.
Así pues, nuestro hombre decide pedir al vecino que le preste un martillo. Pero le asalta una duda: ¿Qué? ¿Y si no quiere prestármelo? Ahora recuerdo que ayer me saludó algo distraído. Quizás tenia prisa. Pero quizás la prisa no era más que un pretexto, y el hombre abriga algo contra mi. ¿Qué puede ser? Yo no le he hecho nada; algo se le habrá metido en la cabeza. Si alguien me pidiese prestada alguna herramienta, yo se la dejaría enseguida. ¿Porqué no ha de hacerlo él también? ¿Cómo puede uno negarse a hacer un favor tan sencillo a otro? Tipos como este le amargan a uno la vida. Y luego todavía se imagina que dependo de él. Sólo porque tiene un martillo. Esto ya es el colmo.
Así nuestro hombre sale precipitado a casa del vecino, toca el timbre, se abre la puerta y, antes de que el vecino tenga tiempo de decir "buenos días" nuestro hombre grita furioso: "¡quédese usted con su martillo, so penco!"
¡¡Ojo!! con las conversaciones privadas que tenemos donde el diálogo entre nuestros deseos y creencias puede desvirtuar la felicidad de nuestras acciones. Alinear nuestros miedos puede ayudarnos a conseguir un equilibrio emocional que garantice la estabilidad.
¿Tienes conversaciones privadas con tus miedos?
¿cómo las gestionas?