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"Hemos de apostar en la redención entre la naturaleza, la sociedad y la humanidad"
Desde que te vi
por primera vez, tu majestuoso enigma, embriagó mi existir. Cautivaste mi
atención a través del cauce de tu fluvial presencia que en sonoro caudal bañas el espíritu del vivir alemán.
Desde ese momento,
supe, que tú serías mi "capilla Sixtina" en donde consultar al
"oráculo" de mi esencia.
Y así ha sido. Con
espartana frecuencia he visitado tu orilla para saber de mi destino y para
consultar mis dudas. Siempre has sido generoso, Rhein, tus silenciosos consejos
han quedado reflejados en el calmado fluir de tus aguas. Tú que has visto pasar
por las milenarias riberas enojos y pasiones siempre nos has dejado el
testimonio del sosiego en movimiento, de la acción en reflexión.
Así, Rhein
querido, te pido que cuando tu cauce vea el final de mi presencia terrenal,
acoja mis cenizas para mezclarme con tu anónima presencia.
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