
Estamos educados a hablar en posesivo cuando en realidad no poseemos nada. La intención al acuñar el lenguaje es vincularnos con el "POSEER" para así responsabilizarnos mediante el "apego". Anteponer el pronombre posesivo "MI" al nombre supone identificarnos con él y poseerlo como propio aunque esto solo es una creencia más.
¡¡¡ NO LO DUDES NO TENEMOS NADA !!!
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