TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



NO OLVIDEMOS LA "ALHARACA"





Sólo utópica Y esperanzadamente uno puede creer y tener ánimos para intentar con todos los pobres y oprimidos del mundo revertir la historia, subvertirla y lanzarla en otra dirección….. Lo que en otra ocasión he llamado el análisis coprohistórico, es decir, el estudio de las heces de nuestra civilización, parece mostrar que esta civilización está gravemente enferma y que, para evitar un desenlace fatídico y fatal, es necesario intentar cambiarla desde dentro de sí misma.
Ignacio Ellacuria

Esa civilización gravemente enferma es la civilización del capital, la civilización de la riqueza. Ésta hace de “la acumulación del capital el motor de la historia y de su posesión y disfrute el principio de humanización”. No ha ofrecido solución adecuada a las carencias y necesidades básicas de la mayoría del planeta ni ha propiciado una civilización humana y fraterna. La conclusión es clara: “en un mundo configurado pecaminosamente por el dinamismo capital/riqueza es menester suscitar un dinamismo diferente que lo supere.
El dinamismo es el que surge de una civilización del trabajo, a la que llamó también una civilización de la pobreza fundada en un humanismo materialista, transformado por la luz y la inspiración en la emancipación del individuo. La satisfacción y el acrecentamiento de la solidaridad compartida como el fundamento de la humanización.
Los males que hay que superar son evidentes: la pobreza, el endurecimiento de la explotación, la escandalosa distancia entre ricos y pobres, la destrucción ecológica, y también la perversión de logros como la democracia, la ideologización y manipulación de los derechos humanos. Poniendo el acento en la vigilancia  sobre el deterioro, la degeneración y la prostitución del espíritu, en suma la deshumanización.
“PROVOCAR UNA CONCIENCIA COLECTIVA DE CAMBIOS SUSTANCIALES….y CREAR MODELOS ECONÓMICOS, POLÍTICOS Y CULTURALES HAGAN POSIBLE UNA CIVILIZACIÓN DEL TRABAJO COMO SUSTITUTIVA DE UNA CIVILIZACIÓN DEL CAPITAL”
PARA SANAR UNA HISTORIA GRAVEMENTE ENFERMA SE NECESITA, DE ALGUNA FORMA, EL APORTE DE POBRES Y VÍCTIMAS
Jon Sobrino

"NO OS MOVÁIS, CONOZCO LA SALIDA"




Vencer el Pánico escénico

Para algunos, el pánico se ha quedado instalado en su interior para siempre, haciendo de cada ocasión en la que se han de dirigir al público una amarga experiencia.
El pánico escénico se puede trabajar, no tenemos por qué aceptarlo como un “mal inevitable”, y para ello nos será de utilidad distinguir entre distintos tipos de miedo escénico, que tienen distintas raíces y, por tanto, distinto abordaje.
Hay un pánico escénico natural, inevitable hasta cierto punto, que es aquel que sentimos en el instante en que nos nombran para que tomemos la palabra. Procede del hecho de que nuestro organismo, cuando tienen que abordar una situación compleja, se pone en alerta liberando adrenalina al torrente sanguíneo. Pero la adrenalina, además de poner nuestros sentidos en alerta, lo que hace es generarnos taquicardias, sudoración y otras manifestaciones de inquietud, que nos impiden empezar serenamente nuestra intervención.
La clave para que este pánico puntual no vaya a más está en entender que es un proceso natural, que dura muy poco tiempo, porque nuestro organismo enseguida se autorregula.  Pero si en el momento álgido en que sentimos estas manifestaciones físicas, empezamos a ponernos nerviosos y a sufrir, vamos aretroalimentar el proceso, provocando  una nueva liberación de adrenalina y haciendo que estemos sobreestimulados todo el tiempo y que tengamos pocas posibilidades de hacerlo bien.
Cuando sentimos la aceleración del pulso o cualquiera de las primeras manifestaciones de inquietud, tenemos un mensaje que darnos: “enseguida pasará”. Así es como logramos que nuestro organismo se autorregule y recupere la normalidad.
Hay otro tipo de pánico escénico que procede directamente del sabotaje de nuestra mente: ante una inminente intervención, si en vez de confiar en nuestra preparación y nuestras habilidades empezamos a pensar en cómo lo vamos lo vamos a hacer, entraremos en una espiral de pensamiento racional que acabará secuestrando nuestra mente y anulando nuestra habilidad natural para hacerlo bien y salir airosos.
La solución a todo ello no es otra que confiar en las capacidades ya entrenadas, en que sabemos hacerlo y podemos hacerlo. Y algo muy importante e imprescindible que se debe hacer durante los diez minutos previos: no pensar en absoluto en nuestra preparación.
Hay un tercer pánico escénico de base que podemos identificar porque ante la sola posibilidad de tener que hablar en público, sea dentro de tres días o de tres semanas, ya lo sentimos. No es un pánico del momento, sino que lo llevamos dentro.
Este pánico escénico procede generalmente de una mala experiencia: un día tuvimos que dirigirnos a los demás, oímos nuestro nombre, se nos aceleró el corazón, se nos secó la garganta y nos quedamos en blanco. Y esta secuencia se ha grabado en nuestro cerebro de forma indeleble de manera que es la rutina que ejecuta cada vez que tenemos que hacer una nueva intervención.
“LA CLAVE PARA QUE ESTE TERROR PUNTUAL NO VAYA A MÁS ESTÁ EN ENTENDER QUE ES UN PROCESO NATUAL QUE DURA POCO TIEMPO”

"DURANTE LA ESTACIÓN SECA HAY QUE HACERSE AMIGO DEL DUEÑO DE LA PIRAGUA"





Retornar a la sabiduría ancestral que ha pasado de una generación a otra es una brújula fiable para encontrar nuestro rumbo en tiempos revueltos.

Las ideas simples tienden a ser obvias porque tienen un toque de realidad. Pero, en general, la gente no se fía de sus instintos. Normalmente se cree que suele haber una respuesta oculta más compleja. Es un error. Lo que es obvio para usted es, generalmente, obvio para los demás. Veamos cuatro pautas para mantener el sentido común en nuestras vidas.
No juzgar a través del ego.   Si contemplamos los acontecimientos a través de nuestros prejuicios, opiniones e ideas preconcebidas, nos equivocaremos. Cuanto más objetiva sea nuestra visión, más realistas seremos.
HuIR DE LAS ILUSIONES.   Es inevitable desear que las cosas sucedan según nuestra conveniencia, pero la experiencia demuestra que muchos acontecimientos no están bajo nuestro control. La persona con sentido común “sintonizan con el rumbo que siguen las cosas”, es decir, fluye con ellas.
SABER ESCUCHAR.   La mayoría de acciones absurdas son las que se ejecutan de manera caprichosa y unilateral, sin contrastarlas. Para ello, puesto que el sentido común es la visión compartida por muchos, escuchar a los demás nos dará la justa medida de las cosas.
SER PRUDENTE.   Hay personas, acciones y situaciones que resultan engañosas a primera vista. Por eso el sentido común aconseja no precipitarnos. Un poco de tiempo puede ayudarnos a entender.

POBRES




La realidad quiere tomar la palabra.

La expresión “calidad de vida” no ha nacido en el mundo de los pobres, pues presupone la vida, mientras que los pobres no la dan por supuesto. En contraposición a la riqueza de los pobres puede surgir  humanidad, acogida, comunidad, arte, cultura, teología. Ello nos conduce a definir que sin poder no se mueve la historia y los pobres deben unirse.
Vivimos en un mundo de “LÁZAROS” donde más de 2.000 millones de humanos viven en la más absoluta pobreza para vergüenza del capitalismo emancipador. En un intento de síntesis, quizás podemos decir que pobres son los carentes y oprimidos, en lo que toca a lo básico de la vida material; son los que no tienen palabra ni libertad, es decir, dignidad; son los que no tienen nombre, es decir, existencia espiritual.
La misión del coaching laico es hacer de la Emancipación y dignificación de la pobreza su principio principal. Salvar al pobre de la muerte lenta en la pobreza que, a través de la exclusión social. Aquí, es este espacio de laicismo, la verdad se convierte en reparación y devuelve la dignidad a las víctimas convirtiéndose en liberador de la no-existencia.
Los miembros de la calle no tienen nombre ni tiempo, no existen y cada día crece su número. EL COACHING LAICO debe recuperar su voz a través de concienciarles del sacrificio básico que deben realidad para hacerse sentir. Existen como potencial humano y por tanto deben ser reales y no considerarlos un concepto de coste social. El humano y sus gobernantes deben procurar por la felicidad de todos. No por su exclusión.
La opción por los pobres hay que llevarla a cabo con un determinado talante. Dado el mundo de hoy, quisiera insistir en cuatro elementos.
1.-   La dialéctica.   Hoy se hace tanto hincapié en todo lo que sea diálogo, negociación, tolerancia, y se rehúye tanto todo lo que sea confrontación, que pareciera que los pobres hubieran caído del cielo y que los problemas quedarían resueltos por alguna mano invisible que quebraría el egoísmo de los poderosos y reblandecería la injusticia, la mentira y la violencia estructural. La opción por los pobres no exigiría dialéctica, tener en cuenta al opresor y enfrentarle, sobre todo es sus formas estructurales. Más bien se tiende a evitarlo. Partimos de la verdad que “en realidad la humanidad está dividida entre opresores y oprimidos dado que hay ricos porque hay pobres y hay pobres porque hay ricos”.
Hay que evitar y controlar al máximo violencias, por supuesto, pero una opción por los pobres que deje de ser dialéctica, que no sea una opción contra la opresión, no es la opción de la Emancipación, y, a la postre, deja al pobre a mercad del opresor.
2.-   La parcialidad. Insisto en ello porque falazmente, se quiere introyectar que “igualdad” – o, al menos, una des-igualdad no muy lacerante-, la universalidad suficientemente humana es posible, y éste sería el milagro que operaría la globalización neoliberal. La falacia de la metáfora es que “todos” caben en el globo, lo cual es  mentira manifiesta. Lo menciono para recalcar que si se busca salvación para los pobres de este mundo, éstos deben ser puestos, de modo explícito y activo, en el centro. Sin duda es una utopía que no se realizará, pero si ni siquiera se “piensan” así las cosas, no hay solución.
Insisto en ello porque tampoco en la democracia –aceptando sus valores y minimizando sus limitaciones, hipocresías, incluso crímenes el pobre está en el centro de la realidad, ni siquiera en el de sus utopías.
En su origen, hace dos siglos, los derechos humanos tenían a la vista a los freemen ingleses, a los hombres blancos de Virginia, a los burgueses franceses, pero no a todos, ni siquiera a los que convivían con ellos: campesinos ingleses o franceses, negros y esclavos norteamericanos, aunque en teoría no se les negase el carácter de “seres humanos”. En el centro estaba el ciudadano. Las cosas no han cambiado del todo. “Ya antes de nacer los humanos son desiguales”.
Y de ahí la necesidad de formular la tesis contraria y la necesidad de la parcialidad: “los derechos humanos son los derechos de los pobres”. La conclusión es que el coaching laico no sólo debe ayudar a los pobres, sino que debe ponerlos de modo consciente en el centro de la realidad, y no basta con recordar las bondades del bien común-
3.-   La inserción.   Con ello no me refiero a actitudes ascéticas de empobrecimiento y cercanía a los pobres, sino a algo más metafísico, si se requiere: la obsesión por lo “real”, en un mundo de pobres. El coaching laico debe aspirar a facilitar la Emancipación del SER adaptado a su época  haciendo el mundo de los pobres su propio mundo; dándole personalidad existencial y por supuesto no obviándolo. Que, en un mundo de pobreza como el actual no tenga que sentir vergüenza de ser como es y actuar como actúa.
4.-   La humildad.   Por mucho que el no-pobre quiera comprender al pobre, incluso si es para ayudarlo, permanece un abismo entre ambos. Ha quedado dicho el multitud de ocasiones: en la humanidad nos dividimos entre los que no dan la vida por supuesto, los pobres, y los que damos la vida por supuesto, los no pobres. Todo que sea hablar, pensar en ayudarlos tiene que llevar un serio de humildad, de no-saber. Y quizás ese no-saber pueda ser comprendido como un elemento constitutivo del “saber” el misterio. Ocurre con la Emancipación y ocurre con los pobres.
Y quizás en la aceptación de ese abismo, del no-saber que expresa y de la humildad, pueda encontrarse el fundamento más hondo de lo que hoy se da por aceptado: el derecho a la diferencia. Ésta se da en diversos ámbitos de la realidad, género, cultura, pero quizás la diferencia fundante está entre el dar o no dar la vida por supuesto.
JON SOBRINO


ALEGRÍA DE VIVIR




ALEGRÍA DE VIVIR.
La confianza en la vida es buena. La alegría de vivir es mejor aún. Así puede afirmarse con tal de que uno piense en la verdadera alegría y no en la “alegría por el mal ajeno”.
No existen drogas para lograr una vida feliz ni para perpetuar la alegría de vivir. La felicidad tampoco se puede acrecentar a discreción por medio de los ingresos económicos. Disponer de millones y millones de euros tranquiliza, pero no nos hace automáticamente felices. La avaricia, el querer tener siempre más, lleva –como muestra la actual crisis económica- a la fiebre especulativa y a catástrofes personales, a pérdidas multimillonarias y a la infelicidad en masa.
Determinante para la felicidad existencial no es la situación económica que uno vive, sino la actitud y la actividad intelectual. De hecho sí que existe algo así como la vida –relativamente- feliz: la felicidad no entendida como euforia, sino como estado de ánimo básico que resiste incluso las situaciones de infelicidad. ¡Estar conformes con la vida tal cual es, nos guste o no, sin contentarnos, no obstante, con cualquier cosa! No dejo de admirar a quienes, postrados en silla de ruedas, se me figuran a menudo más felices que muchas personas sanas. ¡Felices las personas que, a pesar de todo el esfuerzo del día a día, se sienten en paz consigo mismas, están satisfechas con la vida vivida y no han perdido la alegría de su corazón en medio de las constantes dificultades! En cualquier caso, el lema de nuestra sociedad obsesionada por las vivencias: “Lo más importante es que yo sea feliz”, no es mi máxima vital. El disfrute hedonista de la vida decepciona demasiado a menudo, y también el refinado vividor se ve inmerso antes o después en una situación en la que cesa la “la gracia” y se acaba todo placer. La alegría de vivir permanente no se refleja en la frase: “Soy feliz”, sino en esta otra: “Estoy en armonía –en paz- conmigo mismo, estoy contento. Lo cual no excluye ni la euforia ni el abatimiento.
Küng

SER




Dicen que “SER” es todo lo opuesto a la nada; es una sustancia temporal de materia y forma, las cuales están unidas inseparablemente en el tiempo.
 Presenta una potenciación por determinar que debemos incentivar individual y colectivamente, en contraposición con “tener” que simplemente nos otorga el usar como usufructuarios de una cosa.
Así:
Cada brote quiere su fruto y cada mañana su tarde; nada hay eterno sobre la tierra más que el cambio y la huida.
Hasta el verano más hermoso ventea el otoño y la decadencia. Detente, hoja paciente y tranquila, cuando el viento quiere arrebatarte.
Juega tu juego y no te defiendas, deja que tranquilamente ocurra. Deja que el viento que te arranca te lleve hasta casa.

¡¡¡TÚ ERES MUCHO MÁS IMPORTANTE QUE LO QUE HACES!!!



Es vital que rompamos con nuestra adicción a la producción y aceptemos que somos más mucho más que lo que hacemos. Desde que nacemos nos programa para HACER ignorando y ocultando nuestro potencial de SER. Así, frecuentemente, cuando nos preguntan que somos, sólo sabemos contestar lo que hacemos pues no somos nada más. Esto no es casualidad, los grandes arquitectos de nuestro futuro (ver CLUB DE BILDERBERG) diseñan nuestro aprendizaje en base a sus necesidades para la cadena de producción. Con esta finalidad diseñan nuestras creencias y a través del miedo nos conducen por los laberintos de sus intereses al objeto de mantener el poder en manos de unos cuantos privilegiados. ¿Deseas liberarte de tú destino?


En nuestra sociedad, hemos aprendido a buscar la seguridad en el lugar equivocado: buscamos fuera de nosotros mismos e ignoramos el amor con mayor frecuencia de la deseada. El mundo exterior nunca ha mantenido las promesas en materia de seguridad que permita del desarrollo de las personas; está es una realidad que muchas veces preferimos ignorar instalándonos simplemente como sujetos de consumo. Obviamos que nuestra fortaleza está en la unión y en cambio tenemos una tendencia a enfocarnos en las diferencias que nos desunen. La naturaleza del amor es un misterio, no porque sea imposible de descubrir, sino porque resulta imposible de explicar. El amor va más allá del alcance del intelecto, así como una taza no puede contener un océano. La forma en que vivimos es tan difícil, tan llena de control, nada fluye, nada se base en el amor, no confiamos ni en nosotros mismos y siempre estamos buscando en los otros obtener el amor de la forma que sea.

¡¡¡Búscate!!!