TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
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LA COMPETITIVIDAD




"El segundo es el primero de los perdedores" 
La competitividad es una característica intrínseca a la especie humana. Su origen se encuentra en la necesidad de aparearse. Así pues, muchas de las actitudes de competitividad de los humanos están gobernadas por los mismos procesos que nos hacen luchar por la pareja deseada.
Dicho esto, hay distintas maneras de ver y vivir la competitividad que la hacen funcional o disfuncional. La frase aquí reproducida del desaparecido campeón de fórmula 1 expresa muy bien el sentimiento que frecuentemente existe en el deporte de élite y lo gobierna.
Existe una competitividad sana, basada en nuestro esfuerzo por conseguir un objetivo. Esta competitividad nos ayuda porque nos lleva a dar lo mejor de nosotros mismos, a progresar, a buscar nuevas estrategias para superarnos, a descubrir y aprender de nuestros errores y a buscar nuevas soluciones para mejorar. Si un equipo de baloncesto no se esforzara por ganar al contrario, poco avanzaría en su desarrollo. Es, por tanto, absolutamente deseable porque, si no, no progresaríamos.
Pero hay también una competitividad insana, basada en obtener la victoria a toda costa, que, lejos de ayudarnos, nos genera estados de insatisfacción, de estrés, y nos bloquea, porque cuando no la obtenemos, sentimos un alto grado de frustración que a menudo expresamos en forma de agresividad, de quejas, de polémicas e incluso de desprecio por los demás. Esta competitividad nos lleva en ocasiones a comportamientos antideportivos o poco éticos (¿quién no recuerda un famoso gol con la mano en un Mundial?), que poco dicen de nosotros como personas. Cuando en el deporte, en el trabajo o en nuestras relaciones estamos dispuestos a hacer trampas o a destruir al contrario para conseguir ganar, esta competitividad no es en absoluto funcional, porque no va destinada al crecimiento personal, sino a la pura victoria sobre los demás.
Es distinto perder y fracasar

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