La vida es un don demasiado grande como para quedar encerrado entre lindes de una vida cualquiera, entre esos lindes por los que nuestras vidas limitan con los espacios y los tiempos que la memoria presenta a la esperanza para no perderlos cada vez que el morir deja en el recuerdo cuanto aspira a vivir en la memoria, en todo lugar y en todo tiempo.
Por eso florece entre los vivientes la vocación y la soledad que este florecer necesita para alcanzar la madurez del fruto, Y es que la vocación es lucha en soledad con el espacio y con el tiempo, con la materia viva de lo que necesita ser hecho pero se resiste siempre a ser la obra acabada, perfecta, la obra maestra de una vida. Se acaba la vida, no queda ya espacio ni tiempo para hacer de ella lo que se espera y, sin embargo, la obra llega a su término porque hubo desde el principio algo en ella que coincidió siempre con lo que de ella se esperaba: vocación, llamada con clamor a lo alto y a lo lejos, allí mismo donde nuestras vidas limitan con los espacios y los tiempos todos, en la orilla del morir desde la que se puede mirar el horizonte
Reflejos de SILOS
Por eso florece entre los vivientes la vocación y la soledad que este florecer necesita para alcanzar la madurez del fruto, Y es que la vocación es lucha en soledad con el espacio y con el tiempo, con la materia viva de lo que necesita ser hecho pero se resiste siempre a ser la obra acabada, perfecta, la obra maestra de una vida. Se acaba la vida, no queda ya espacio ni tiempo para hacer de ella lo que se espera y, sin embargo, la obra llega a su término porque hubo desde el principio algo en ella que coincidió siempre con lo que de ella se esperaba: vocación, llamada con clamor a lo alto y a lo lejos, allí mismo donde nuestras vidas limitan con los espacios y los tiempos todos, en la orilla del morir desde la que se puede mirar el horizonte
Reflejos de SILOS
1 comentarios:
Me guataria que alguién me explicara, porqué y para que vivimos.
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