
"Entró siendo un hombre maduro y salió siendo un anciano"
No te creas libre pues todos construimos nuestra propia jaula aunque, a veces, sus barrotes sean invisibles. La fantasía que nos concede el espejismo social en el que vivimos, nos engaña a través de falsas percepciones de la realidad. Vivimos entre "barrotes imaginarios" como la identidad, la territorialidad, la tradición y/o la costumbre,las emociones, el egoismo, la peña de amigos, el consumismo, etc. etc.
Prisioneros de tales conceptos deseamos ignorar nuestro crónico "síndrome de Estocolmo" por donde camina nuestra vida social y espiritual.
Nos hemos socializado de manera legal, más aún estamos a tiempo.
Se libre abandonando el jardín de tu opacidad, deja florecer tu "luz propia" que tan intensamente llevas dentro.
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