TERTULIAS/CHARLAS SOBRE COACHING EMANCIPADOR EN EL CÍRCULO DE COACHING ESPECIALIZADO.



Periódicamente nos reunimos en "petit comité", con un aforo máximo de 10 personas, para debatir sobre COACHING EMANCIPADOR.
Son diálogos participativos para realizar una "iniciación" en la disciplina del coaching adaptada a tu universo de sueños.
Si estás interesada/o en participar GRATUITAMENTE deja tu reserva en paco.bailac@salaidavinci.es y te informaremos de los calendarios previstos.

¡¡¡Ven te esperamos!!!



Uno de los hábitos más arraigados del ser humano es verse a sí mismo como una víctima de las circunstancias.


Culpar o responsabilizarse

Tenemos la tendencia a no considerarnos
parte de los problemas que nos afectan.
La mayoría de las veces solemos buscar la causa
fuera de nosotros.
Buscamos culpables para descargar nuestra
rabia o para liberarnos de la tensión que
supone aceptar que hemos tenido que ver con
lo ocurrido.
Esto ocurre porque, al declararnos "no"
culpables, declaramos también nuestra
inocencia.
Encontrar culpables es sencillo, forma parte de la
capacidad que tenemos para construir explicaciones.
Las explicaciones tienen muchas ventajas aparentes;
alivian la tensión, ponen la culpa fuera, eximen de responsabilidad
y nos ahorran el trabajo de tener que hacer algo
al respecto.
Sin embargo, las explicaciones también tienen algunos
inconvenientes que no siempre percibimos, porque
cuando culpamos a otra persona o a las circunstancias,
la única acciín que nos queda disponible es la
QUEJA.
Si el otro es el culpable de lo que me ocurre,
entonces no hay nada que YO pueda hacer.
Mis posibilidades de acción quedan reducidas a la nada,
bloqueadas
Lo mismo de lo que nos quejamos lo podemos
observar desde la responsabilidad que no
juzga en absoluto lo ocurrido. Lo que nos
interesan son las acciones posibles que podemos
realizar para resolver el problema. Porque si
somos capaces de mirar las cosas de una manera nueva,
entonces encontraremos nuevas posibilidades
de acción que antes no veíamos.
¿Hay algo que querrías hacer diferente?

¿ESTÁS CONFORME CON TU IMAGEN PÚBLICA? ¿OBEDECE ESTA A TÚ IDENTIDAD?




Cómo ser un nuevo modelo de hombre
JOSÉ LUIS ÁGREDA


La masculinidad impuesta históricamente tiene cura. La clave: dejar a un lado las etiquetas y crear una imagen propia en la que compartir y sentir no sean sinónimo de menos virilidad.
La identidad masculina se ha visto influida por la reafirmación de la mujer y la liberación homosexual, que han cuestionado el modelo tradicional del varón. En las últimas décadas, algunos hombres se han feminizado, aunque son muchas más las mujeres que se han masculinizado. La masculinidad ha ido ganando terreno en los espacios, las vidas y las conductas de muchas mujeres. Una masculinidad que no ha sido siempre la mejor, ya que ha vuelto a muchas mujeres más duras y agresivas. Podríamos afirmar que el paradigma masculino tradicional sigue presente en nuestros espacios, en nuestra vida privada y pública, en nuestros países.
“Para reencontrarse, el hombre tiene ante sí una tarea urgente: aceptar su mundo de sentimientos sin sentirse menos hombre”
“Fortalecer valores como la tolerancia, la aceptación y la flexibilidad le ayudarán a vivir en paz en tiempos de turbulencia”
Existe una masculinidad emocional y físicamente sana e integradora, necesaria para construir un mundo mejor a todos los niveles. Sin embargo, en el mundo sigue predominando una masculinidad tóxica que se expresa en las guerras, violaciones, accidentes, muertes, conductas deportivas y sociales, actitudes sexuales, en la corrupción, en los negocios desprovistos de ética, en un consumismo inmoral y en la multiplicación de las adicciones. Todo ello ¿para qué? ¿Serán formas de esconder la angustia y el vacío existencial? Sin duda, ello influye en que vivamos relaciones insatisfactorias, condicionadas por el lastre social, cultural e histórico que nos ha llevado a un vacío interior.
Hombres y mujeres buscamos modelos masculinos alternativos al modelo cultural impuesto socialmente de lo que, durante siglos, ha significado ser hombre.
La auténtica cuestión
“¿Qué hacer con el bagaje de valor y arrojo que debieron acumular para estar a la altura del papel real?” (Marina Subirats)
Por miedo a perder una imagen social viril, muchos hombres se aíslan de sus propias emociones. Se centran en la acción hasta que son adictos al hacer, hacer y hacer. La acción llega a convertirse en una huida de sí mismos. Para reencontrarse, el hombre tiene ante sí una tarea urgente: aceptar su mundo de sentimientos y no por ello sentirse menos hombre. Robert Moore, doctor en psicología y teólogo, y Douglas Gillette, fundador del Institute for World Spirituality en Chicago, dicen que hemos llegado a “pensar que los sentimientos, y en particular nuestros sentimientos, son obstáculos molestos e inadecuados para ser hombres”.
Afortunadamente, cada vez son más las personas de género masculino que intentan conectar con su identidad libres de los condicionamientos externos y abriéndose a su verdadero ser. De esta manera se encaminan hacia la liberación de lo que durante milenios ha significado ser “hombre” en su sentido castrante y destructivo.
La cuestión que se plantea es cómo logra uno conectar con su verdadera identidad. Para vivir una vida emocionalmente inteligente, sin adicción al poder de dominar ni a la acción, es bueno parar y hacer introspección, es decir, mirar hacia dentro. Es una mirada que busca el sentido y conecta con lo esencial, aquello para lo que merece la pena vivir. A este fin, la práctica de la meditación y la búsqueda de espacios de silencio pueden ser muy beneficiosas. En el silencio, uno aprende el arte de escuchar, tan necesario para relacionarse y a veces tan olvidado. Escuchar lo que se siente y dejarse sentir. Escuchar lo que se quiere y oírlo. Al meditar, uno viaja al encuentro de sí mismo y recupera el poder del ser.
El poder del ser
“Aquellos que desean crear un nuevo estado de cosas deben comprenderse a sí mismos en su relación con otro” (Krishnamurti)
La verdadera identidad del hombre está conectada con la esencia de la masculinidad que prevalece más allá de los modelos patriarcales impuestos, más allá de lo que ha significado ser hombre durante siglos. A esta esencia la denominaríamos la masculinidad eterna, en la que el hombre vive todo su potencial en su ser. Para ser hombre no necesita demostrar, vencer ni triunfar. Cambia su visión y su enfoque: en vez de competir con armas adquiridas, coopera con sus armas innatas, con sus talentos y valores, cultivando su inteligencia emocional y espiritual. Vive una masculinidad madura, con raíces emocionales y espirituales propias.
Recuperar el poder interno implica tener un mayor dominio de su mundo interior y de sus facultades, como son la mente, el intelecto, los condicionamientos y los hábitos. La práctica del control mental, del pensamiento positivo y de la meditación le ayudará a conseguirlo. Fortalecer valores como la tolerancia, la aceptación y la flexibilidad le ayudará a vivir en paz en tiempos de turbulencia y cambios como los que vivimos. Cualquier debilidad, dispersión, falta de enfoque y fluctuación interna le robará la energía necesaria para sentirse pleno. Liberarse de cualquier aspecto que le haga sombra le permitirá gozar de una vida más plena. Para superar una debilidad es necesario aceptarla sin vergüenza, reconocerla con sinceridad, entender por qué está ahí y empezar a trabajar el valor o fortaleza que contrarreste esa debilidad y le ayude a vencerla.
La nueva hombría
“Es una masculinidad sostenida en el coraje del espíritu y del compromiso y en la valentía de la compasión” (Sergio Sinay)
No se trata simplemente de pasar de un modelo machista a ser un hombre políticamente correcto que limpia en casa, cuida del niño, la pareja lo alaba y la sociedad lo apoya. La transformación necesaria es más profunda, más de raíz. Implica replantearse los valores, las actitudes y la conducta. Es necesario reformular las creencias acerca de lo que es ser hombre.
Fundamentados en su poder interior, los hombres cambiarán los mandatos que configuran la identidad de género en nuestra cultura. Hasta que no se transformen, en el mundo laboral tampoco entrarán la compasión, la fraternidad, la trascendencia, la espiritualidad, el humanismo y un espacio para la alteridad, la condición de ser otro.
Con autoestima, asentado en su valor interior, el hombre puede ser sin necesidad de imponer, forzar ni presionar. Esta es la condición imprescindible para el encuentro con el otro. Aprender a relacionarnos sin dañarnos, a amarnos sin atarnos, a ser cómplices recuperando y preservando nuestra identidad original y eterna, a experimentar la unidad en la diversidad. Esta es mi propuesta de transformación integral para que sea posible la armonía en las relaciones.
Cuando un hombre aprende a verse a sí mismo en la integridad de su ser, es amoroso y sabe amar. Desde esa conciencia, va al encuentro del otro partiendo de un lugar diferente: no desde el conquistador que elude la entrega y la intimidad sentimental, sino desde el ser abierto y comprensivo que sabe comprometerse con sinceridad. Para él, el compromiso no significa atadura, sino complementariedad y enriquecimiento. Sabe tener al lado a una mujer como persona con los mismos derechos, obligaciones y necesidades que él, sin envidiar sus logros profesionales, su inteligencia o su ingenio.
Reconoce que ser varón no es sinónimo de ser más inteligente, más fuerte ni más poderoso. Es consciente de que el poder no se pierde cuando se comparte; que las decisiones asumidas a medias son más fáciles de tomar; que compartir el cuidado de los hijos es fundamental en su papel de padre; que ser frío no le hace más viril; que los hombres se expresan y lloran…, y no pasa nada.
Para llegar a disfrutar la complementariedad que armoniza a hombres y mujeres, y a estos entre sí, tenemos que emprender una tarea conjunta si lo que deseamos es lograr una transformación de raíz, cambiando el punto de partida y el eje desde el que miramos y percibimos la realidad. Así podremos despojarnos del lastre que arrastramos para ver el futuro con visión renovada. La recuperación de nuestra identidad auténtica pasa por redescubrir valores como el amor, la paz, la sinceridad, la empatía, la escucha, y despojarnos de todos los estereotipos que nos alejan de la posibilidad de lograr armonía y plenitud.
De esta manera, los hombres de hoy serán referentes para las nuevas generaciones como ejemplos de coraje con corazón, de empatía y escucha, de entrega y servicio; serán guías que ofrecen herramientas para un modelo de mundo deseable y una participación pedagógica en esa transformación. Padres que ofrecen una referencia válida a sus hijas en la búsqueda de un compañero. Modelos válidos de hombre para que sus hijos crezcan libres de condicionantes por razón de su sexo y contribuyan a la construcción de un mundo más saludable, desintoxicado de masculinidad machista.

Reconstruye tu propia imagen
“El concepto de uno mismo es el destino. El peligro es que nos volvamos prisioneros de nuestra imagen negativa, que le permitamos dictar nuestras acciones”. En esta frase de Nathaniel Branden se puede encontrar una clave para salirse de la masculinidad impuesta históricamente: reconstruir tu propia imagen. Una imagen de ti mismo independiente de los estereotipos culturales de género. Eso implica desaprender lo aprendido. Dejar de lado tus personajes, tus etiquetas, lo que se espera de ti. Así clarificas tu camino. Consiste en desaprender, soltar, conocer y construir. Cada hombre tiene que saber lo que está bien o lo que está mal para él. Lo que te acerca a tu plenitud y lo que te vacía. Lo que te conecta con tu ser y lo que te desconecta de lo esencial. Tener tus propios criterios de valor y, a partir de ahí, valorarte. Valorarte no solo por lo que ocurre en tu mundo sentimental o laboral, sino por lo que ocurre en la totalidad de tu mundo. Tener una imagen completa del ser. Se trata de conocer la masculinidad emocionalmente madura y tus cualidades innatas, conectarte con ellas y serlas, vivirlas para compartirlas. Reencontrar tu eje, tu columna vertebral, en ti y no buscarlo en el otro. Así reconstruyes tu propia imagen en la esencia de tu ser más allá de identidades limitadas por cuestión de género.

"YO SOY YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS"



Generación de CONTEXTO

Toda conversación esta inserta en un contexto y
todo contexto tiene una influencia fundamental en la
conversación (cum texto = todo lo que acompaña a la palabra)
Tener capacidad para generar el contexto más
adecuado no es estrictamente una habilidad
conversacional; sin embargo, aquellos que nuestran
una mayor maestría en la generación de contextos
tienen más facilidad para lograr los resultados
que se proponen.
A todos nos ha ocurrido alguna vez que, ante una
situación determinada, hemos generado un contexto
que, lejos de ayudar a la consecución de nuestros
objetivos, ha provocado la reacción contraria.
No siempre somos coherentes entre lo que queremos
obtener y el contexto quer elegimos para lograrlo,
tal vez porque no prestamos atención o porque no
nos parece importante.
El contecto genera expectativas en los demás,
de manera que cuando falla la coherencia, las
expectativas quedan frustradas y se
generan toda clase de emociones negativas que
dañan la relación.

Cuando estás inspirada por un gran objetivo, tus pensamientos rompen sus fronteras.....



Podemos sustituir el hábito
de quejarnos por el de
AGRADECER
Definimos la visión como un viaje
imaginario hacia un futuro deseable
para nosotros y para los que
nos rodean.
Se trata de un acto de auténtica
creatividad en el que muchas veces
ni siquiera sabemos qué podemos
hacer para conseguirlo y sin embargo
sentimos la fuerza y la profunda convicción
de que es allí donde verdaderamente
queremos pasar el resto de nuestras vidas.
Es el momento que nos decimos a nosotros
mismos ¡¡¡adelante!!!
Puede ser una declaración privada o
pública pero en ambos casos
nos abre una realidad.
Despierta recursos que desconocíamos
tener, hace que prestemos atención
a aspectos de la realidad
que antes nos pasaban desapercibidos.
Una visión compartida por un
grupo de personas tiene la
capacidad de modificar las relaciones
interpersonales, despierta el
compromiso del grupo,
estimula el deseo de estar
conectado y genera la
satisfacción de sentir que
se está participando en una
tarea importante.

Una "declaración" no es decir que algo es así. Es hacer que algo sea así.



¿Podemos sustituir el hábito de
quejarnos por el de agradecer?

Ya no me conoce el sol,
pues YO duermo de día.
La noche es AMOR
y oculta la hipocresía.
Declaración
Hay declaraciones que atañen a las relaciones
entre personas: "no quiero volver a hablar
de esto contigo"; "creoque eres mi mejor amiga"
y también hay declaraciones que nos hacemos
intimamente: "a paritr de ahora las cosas serán
diferentes"; "no puedo alcanzar este objetivo,
no vale la pena intentarlo".
Cuando hacemos una declaración, no estamos
describiendo lo que ha ocurrido,
sino que hablamos de lo que va a ocurrir
a partir de ahora.
Las declaraciones tienen capacidad de
generar algo nuevo,
algo que antes no estaba.
No obstante, para que algo cambie, hace
falta algo más que palabras.
Hace falta intención y determinación
para actuar en consecuencia.
Y también es necesario que las acciones que
realizamos sean coherentes con aquello
que hemos declarado.
La falta de coherencia entre lo
que decimos y lo que hacemos
compromete nuestra credibilidad y
daña la confianza.
Podemos clasificar las declaraciones en
dos grupos: las que expanden nuestras
posibilidades y las que las limitan: "Necesito tu
ayuda"; "tiene que haber algo que yo pueda hacer"
; "te estoy muy agradecida" son declaraciones
que potencian nuestras posibilidades. En cambio:
"Jamás volveré a confiar en mi jefe"no quiero
saber nada más de ti" limitan plenamente
nuestras acciones.
Así pues "vigila tus declaraciones" dado que
pueden limitarte a través del subconciente.
Visión es sueño + acción.

Se puede ser generoso dando poco, y miserable dando más?



GENEROSIDAD

Todos entendemos, casi seguro, lo que
puede significar generosidad. Lo asociamos
como dar y darse sin esperar nada a cambio.
Ofrecerse, ser útil, ayudar...todos estos
conceptos los asociamos con la generosidad
y el altruismo.
Más estas actitudes pueden incomodarnos y hasta
distanciarnos del "presumiblemente" generoso.
Cuando una persona se muestra muy generosa
provoca un desequilibrio en una relación que sólo
se reajusta cuando la otra persona puede devolver
de una forma u otra algo de lo recibido.
Así sólo seremos verdaderamente generosos
cuando estemos dispuestos a dejar que los demás
tambien lo sean con nosotros.
La generosidad es pues, un ciclo de amor
que no debes romper.
Recuerda:
Dar sin querer recibir puede ser de miserable.

Inferir o deducir...... ¿un engaño del lenguaje?



"Nada parece tan verdadero que no pueda parecer falso"

Por inferir definimos es la capacidad para sacar
una consecuencia o deducir algo de otra cosa.
Inferir nos permite sobrevivir dado que nos
posibilita analizar el entorno.
Sin esta capacidad tendríamos serias dificultades
para tomar decisiones, nos eternizaríamos
analizando toda clase de variables.
Pero también, deducir, tiene un riesgo.
Deducimos, básicamente, analizando un
número limitado de datos sin contemplar
otras opciones que podrían ser más
beneficiosas.
Lo que ocurre es que seleccionamos unos
pocos datos de la realidad renunciando a un número
infinitamente mayor de elementos,
pero al hacerlo creemos que aquello que
hemos seleccionado es todo lo que hay.
Aquello a lo que no hemos prestado atención
simplemente parece no existir.
La realidad, para nosotros, es sólo lo que
percibimos. Y este error cognitivo está en la
base de muchas dificultadesconversacionales
y, por tanto, en la selección
de los datos que analizamos para
determinar una realidad.
Así, atención, con la escucha no dar
juicios sólo con los primeros cuatro
datos que nos llegan en un momento.
Dar, el justo, protagonismo al tiempo.....
¿te parece?