
"Escribir es una forma humilde
de hablar"
El pasado no se puede cambiar pero si el futuro.
Vivimos con el "alma enferma" sin ocuparnos de
su sanación.
Estamos en la vida como "invitados de piedra"
asistiendo impertérritos a la descomposición del
Ser que, la comodidad, ha engendrado en nosotros.
La nueva soledad nos ha instalado, además, en la
nostalgia de la libertad vestidos con hábitos de
temor que oscurece nuestro propósito social.